Hay un dicho popular del cancionero popular andaluz, tras la ruptura de una pareja, que dice aquello de: "devuélveme el rosario de mi madre que para mí es sagrado y a ti te encontré en la calle".
La decisión del presidente del Málaga CF de despedir por las bravas a un icono del club como Vicente Valcarce es, además de desproporcionada, una desconsideración impropia de un club serio y señor como debería ser el blanquiazul.
Valcarce es santo y seña de la entidad malaguista, al tiempo que uno de los mejores laterales izquierdos de la historia de este club. Siempre nos quedará en la memoria su gol victorioso en el Camp Nou, que en el ideario malacitano se mantendrá para siempre en la noche de los tiempos. Pero el tema no queda ahí únicamente.
Este malagueño de adopción seguía en el Málaga CF porque el club de Martiricos aún le adeuda cantidades económicas importantes de su etapa como futbolista. Ayudó a su amigo Fernando Sanz cuando la sociedad costasoleña se iba a pique y el ex presidente, a su vez, le premió con diferentes cargos para que el pago de la deuda fuese prorrateado durante varios años. En otras palabras, ha estado trabajando gratis para el club malacitano desde que se retiró como futbolista sin denunciar a la entidad para poder cobrar todo lo que se le debía.
En el trasfondo del despido, las buenas relaciones de Valcarce con Beli Álvarez, quien a su vez recomendó al bufete de abogados de Pedro González Segura para defender los intereses de Al Thani tras el despido del equipo que comandaba Moayad Shatat. O lo que es lo mismo, todo parece indicar que tras su despido llegará el de Beli Álvarez y posteriormente el de los letrados que llegaron como un elefante en una cacharrería en su momento.
La guerra entre los hijos de Al Thani y los abogados del club parece que se decanta del lado de los primeros, con las consecuencias judiciales y de planificación del Málaga CF que ello pudiese acarrear. La próxima semana puede ser de traca dentro y fuera de la entidad, pero hoy por hoy el máximo accionista del club vuelve a tomar una decisión inadecuada y que provoca el enfado de toda la masa social blanquiazul.
Con Valcarce, respecto al jeque, vale aquello del "rosario de mi madre", sagrado e intocable. Y a usted, señor Al Thani, lo encontré en la calle.