Desgraciadamente, la alegría en la casa del pobre, aunque tengamos un presidente y Sheikh de Catar que juega a rico, suele durar muy poco. La primera vuelta del campeonato nos mostró un Málaga que practicó un fútbol vistoso en ocasiones, valiente, con seguridad defensiva y numerosos recursos para imponerse a sus rivales.
Su entrenador, Javi Gracia, y un buen número de sus futbolistas fueron la revelación del campeonato, con permiso del Eibar. Samu Castillejo, Darder, Samuel, Juanmi y, especialmente, Camacho dieron muestras de una gran calidad y de un futuro muy esperanzador. Por funcionar hasta dio seguridad bajo palos el camerunés Carlos Kameni.
Todo el mundo se las prometía muy felices con la segunda vuelta y una posible clasificación europea. ¡Qué ilusos!
La segunda vuelta del equipo ha sido decepcionante. Hay futbolistas que han desaparecido por completo. El míster ha sido incapaz de revertir la situación. Y, una vez cumplido el objetivo de la permanencia, la bajada de brazos de todo el grupo ha sido muy penosa.
Ahora hay que analizar cuál es la versión buena de Javi Gracia. La cara A del disco ha sido ilusionante, por contra la cara B ha supuesto la zozobra en la grada.
