Desde que Jamal Satyl Iglesias, propietario del Grupo BLUEBAY, y su director general, Gonzalo Hervás, dieron la rueda de prensa en sus instalaciones de Marbella, ha existido una corriente de opinión contraria a sus propuestas por parte de cierto sector periodístico malagueño al servicio del poder establecido. Nada nuevo por otra parte. Ni uno solo de los que defendieron a muerte a Abdullah Ghubn, a Jesús Nuño, a Antonio Fernández o al propio presidente del Málaga CF, Al Thani, ha rectificado luego o pedido disculpas a la vista de lo acontecido después en la entidad. La gestión de estas personas llevó al club a la ruina pese a las alabanzas del mencionado sector.
Es falso que BLUEBAY no pusiera un euro como algunos afirman. Para empezar, prestó casi tres millones de euros en un momento -porque los tiempos aquí también son cruciales-, en el que o se pagaba ya o el club descendía por impagos a Segunda B. Es obvio añadir que habría sido su desaparición como entidad de nuevo.
Pero es que, además, en el documento de compra venta del Málaga CF no sólo se comprometieron a realizar la gestión del día a día del club sino que asumieron con la compra de las acciones el 49 por ciento de la deuda del máximo accionista. O sea, en aquel momento casi 65 millones de euros en su debe contable y sólo por ayudar a la entidad de Martiricos. Unieron a ese acuerdo la obligatoriedad por parte del jeque de aportar 30 millones de euros durante cuatro años para reducir la deuda creada y, a su vez, BLUEBAY pudiera hacer crecer al club y sus instalaciones: nuevo estadio, la Academia, fichajes, etc.
La otra gran mentira es que La Rosaleda no puede ampliarse usando el cauce del río Guadalmedina. Este sector de la prensa malagueña es el mismo que rara vez critica a la Junta de Andalucía por las tropelías que comete contra Málaga y su provincia y por la de proyectos económicos que le niega para su crecimiento. Del no rotundo a embovedar el cauce del Guadalmedina se pasó ayer a no cerrar ninguna opción negociada entre las partes para evitar que el río siga partiendo la ciudad en dos. Hay varias formas de adaptar el proyecto hotelero de BLUEBAY a la ampliación del estadio de La Rosaleda, pero en nuestra ciudad lo fácil es ponerle pegas a cualquier proyecto y aliarse con la institución que lo deniegue. Lo que es innegable es que la excusa de la barriada de La Palmilla como cuestión excluyente es una falacia.
Sólo un kilómetro más arriba está situado el Centro Comercial Rosaleda, uno de los más rentables de la ciudad. Frente al estadio, el Instituto de La Rosaleda, que da a la calle por la que acceden los futbolistas del club con sus lujosos vehículos.
No se conoce que ninguno haya sido atracado como muchos deslizan sin tener el valor de escribirlo o decirlo abiertamente. El diario decano de la prensa malagueña está justo en frente de la fachada principal del estadio y, que se sepa, sus trabajadores no entran escoltados a trabajar.
En La Palmilla, como en otros muchos barrios malagueños y españoles, ocurren hechos execrables, pero de ahí a que estemos hablando de delincuencia generalizada y peligro permanente para la integridad física de las personas hay un mundo. En mis 35 años yendo a retransmitir partidos jamás he tenido un percance serio. Ni en día de partido ni en día de ruedas de prensa. Es más, cada proyecto que regenere la zona y la haga crecer es una oportunidad de empleo e integración para los ciudadanos que allí viven.
Volviendo al proyecto, la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Málaga no van a regalar el estadio a ninguna empresa, aunque de facto ya lo hacen. No cobran el canon acordado, se inventan soluciones para no gravar al club, etc. Peto no van a cerrar la puerta a un proyecto que haga crecer a la entidad si éste es consecuente y les quita problemas.
Si, como parece, BLUEBAY gana el juicio penal y civil a Al Thani, podrán desarrollar lo que proponen si les dejan y los malaguistas presionamos a las instituciones para ello. En caso contrario, también podrían desarrollarlo desde cero en otro lugar de lo ciudad o la provincia.
Por cierto, dije tras ganar el Málaga CF al Real Betis que la temporada para los malaguistas había terminado por mucho que Javi Gracia no comparta esa opinión. Aquí sirve lo contrario a lo expuesto hasta ahora: negar la evidencia, y más con los antecedentes de otras temporadas, no sirve de nada.