¿Se puede saber dónde estaba el Málaga CF de la segunda mitad durante el primer tiempo? Sergio Pellicer abusó de las rotaciones y el equipo se acomodó en tablas para jugar al ritmo del Lugo y renunciar a la esencia que le hizo brillar en su triunfo en Girona. Aculado en tablas, con mentalidad defensiva, la ausencia de Escassi, por lesión, y de Chavarría, por decisión técnica, pesaron en demasía.
Juande se erigió en protagonista destacado del desastre del primer periodo y, como suele pasar en estos casos, pasó de villano a héroe con dos golazos impresionantes. Porque el Málaga CF reaccionó como un Jabato, en grandeza y en su fútbol justo a raíz de la expulsión de un desquiciado Caye Quintana ayer.
Jabato, como el de los tebeos cuando aún se leían, con un pundonor, una apertura de su juego y una calidad superlativa en todas y cada una de sus acciones.
Y es que un poco de Ramón Enríquez, es un océano de fútbol en el centro del campo, de donde el mister blanquiazul sacó a un sobrevalorado Luis Muñoz, en este inicio de la temporada, junto a un Rahmani fundido por el esfuerzo.
Pese a la inferioridad numérica los cambios surtieron el efecto deseado y los costasoleños levantaron un 0-2 en contra al descanso, además de dejar la sensación de que con cinco minutos más de tiempo igual habrían ganado el envite. Un punto de moral, como dice nuestro contertulio Jesús Burgos, y mucho Coraje y Corazón.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.