Es evidente que el Málaga CF mereció algo más que el empate en El Molinón frente al Real Sporting de Gijón. Las ocasiones de gol y el tempo de partido fueron casi siempre de cara a los blanquiazules pero o no definieron con la calidad necesaria o no estuvieron acertados de cara al gol.
Si a ello unimos que, otra vez, un despiste defensivo tras un saque de banda le costó a los de Muñiz dos de los tres puntos que ya estaban en el zurrón, pues la decepción es maxima. Cierto es que los malacitanos se levantaron después del gol asturiano y dieron la vuelta al marcador. Pero no lo es menos que después no fueron capaces de cerrar el marcador.
Se pueden realizar muchos análisis del partido, sin embargo lo que no tienen discusión son los números. En los últimos cinco partidos fuera de casa el Málaga CF ha logrado dos puntos de quince disputados. Un bagaje muy bajo e impropio de un club que quiere regresar a la Liga de las Estrellas. Teniendo en cuenta las numerosas bajas de los costasoleños para este envite, el resultado es más que aceptable.
Estudiando el desarrollo del encuentro, el empate sabe a poco en esta ocasión. Los costasoleños merecieron mucho más que el empate pero en la categoría de plata del fútbol patrio o te dejas el alma, o te dejas los puntos. Ayer en Asturias al cuadro malaguista le faltó Fe para sumar tres puntos de oro y dar un golpe en la mesa. Tal y como está la Liga 123, dar estas muestras de debilidad no ayuda para pelear por lo objetivos. Esperemos que el conjunto vaya sumando puntos y cumpliéndome sus objetivos. Este punto de inflexión debe ser suficiente para seguir creciendo.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.