Ignoro si a Su Ilustrísima Señoría don Ramón Jiménez León, titular en el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Málaga, le gusta o no el fútbol, si es seguidor del Málaga CF o de algún otro club, pero no me cabe duda de que seguro que sabe y entiende lo que representa para la capital de la Costa del Sol, por ende, para miles de malagueños, el club que la representa.
No conozco a demasiados jueces o magistrados. Sí he tenido la inmensa suerte de conocer a dos de los más prestigiosos de la judicatura malagueña. Antonio Navas, que lo fue todo en la Audiencia Provincial, y Bernardo Pinazo, que hizo lo imposible -y lo consiguió- por salvar al conjunto malacitano con su nueva nomenclatura. Navas, además de un gran magistrado, resultó ser una persona íntegra y extraordinaria. Pinazo reúne ambas condiciones y es un malaguista reconocido.
De lo que estoy seguro es que, a estas alturas, Su Ilustrísima ya sabe de los comportamientos como empresarios y como personas del actual accionista mayoritario del club, Abdullah Bin Nasser Al Thani, y del propietario de BlueBay, Jamal Satli Iglesias.
El primero, además de ser un pésimo gestor y un irresponsable manifiesto, ha recuperado toda la inversión inicial que teóricamente realizó y se aprovecha del club junto a sus hijos para vivir como un rey.
El segundo, es un empresario reconocido en medio mundo, con un grupo hotelero internacional que opera desde Marbella con hoteles de lujo, de empresas y familiares en Europa, Oriente Medio, África, Caribe, etc. Además, es el máximo representante de la Liga Árabe en desarrollo turístico y promocional del emporio más importante del mundo.
Pero en el caso que nos ocupa, que es lo que más puede importarle al magistrado Ramón Jiménez, es que uno, como han reconocido dos magistrados y la sala de lo penal de la Audiencia, ha intentado instrumentalizar la justicia en beneficio propio. El otro ha hecho todo lo posible porque la justicia dirimiese lo antes posible en la demanda civil que hay planteada.
Mientras Jamal Satli trató de hacer lo posible por dar la continuidad y crecimiento al Málaga CF, además de salvarlo en su momento, Al Thani ha hecho justo lo contrario. Es decir, descapitalizar el club, romper un acuerdo que se demostrará legal en breve, suponer unos gastos a la entidad malacitana de unos ocho millones de euros anuales, al menos que sepamos. A lo que hay que añadir los préstamos para los hijos y el convertirlos en consejeros del club sin preparación para ello ni experiencia. Podría seguir escribiendo tres días y no acabaría con los desmanes que Al Thani ha provocado en la entidad costasoleña. No lo haré.
Sí hago, a modo de petición de todos aquellos que amamos al Málaga CF y lo que representa, una súplica a Su Ilustrísima. Que tenga en cuenta que cada día que pasa el club malagueño en manos del actual presidente supone un riesgo más alto de desaparición para la entidad. Que sepa que ya ha tenido la desfachatez de solicitar a LaLiga los 20 millones de euros por el descenso en un solo cobro y sin ánimo de invertir un solo euro para reforzar el plantel y ascender en una temporada. Y ojo, que como no lo haga la viabilidad del club es nula. Que asuma que si la planificación de la próxima temporada sigue en manos de Al Thani, a la vista de las dos últimas temporadas, la resultante será caótica en cualquier caso. Que considere que la actual división entre la afición y lo que supone para el futuro del club es insostenible.
Y, en relación a todo lo anterior, le ruego a Su Ilustrísima tenga a bien adelantar en lo posible el proceso civil que cierra este periplo judicial que tanto dinero ha supuesto y sigue haciéndolo a las arcas públicas. Máxime, por culpa de un ciudadano que no abona sus impuestos en nuestro país.
Mantener la fecha actual del inicio del juicio civil -para el 4 de diciembre- supone la casi desaparición del Málaga CF SAD, por lo que apelo a su sentido de la responsabilidad para con la causa, los miles de abonados y simpatizantes, además de lo que ello representa para nuestra ciudad.
Y termino sin clave literaria judicial con mi frase de siempre. Ahora, más que nunca: "Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.