Una noche para el recuerdo, como tantas otras en el Martín Carpena o en el ya mítico Ciudad Jardin. Pero no, no era la misma noche. Hace casi tres temporadas y media que no se vivía una noche como la del martes.
Ambiente de las grandes ocasiones, el Palacio de los Deportes luciendo sus mejores galas, un rival de enjundia sobre el parqué y unos jugadores junto a su entrenador, Joan Plaza, dispuestos a hacer historia.
La afición, aquella que fue catalogada como la mejor de Europa, y no hace tanto de ello, no paró de animar a los suyos ni un solo instante. Los jugadores se contagiaron de lo que les llegaba en forma de revulsivo desde las gradas y jugaron uno de los mejores partidos de la temporada. El primer y segundo cuarto tuvo muchos minutos de incertidumbre aunque todas las incógnitas estaban centradas en la actuación arbitral.
En el tercer cuarto fue el acabose. Muy pronto los malagueños se escaparon en el marcador inicialmente con un (8-0) de parcial que quedó en nada con el (14-0) posterior. La magnifica aparición de Granger en la dirección de juego de su equipo y el dominio en la zona, tanto en la propia como en la ajena de Fran Vázquez, dinamitó el partido.
Unicaja ha demostrado que si se quiere se puede. Ojalá que podamos ver un quinto partido en Madrid.
