El Málaga CF mereció mucho más que un empate frente a un Mirandés inferior a los blanquiazules en la primera parte y con demasiada fortuna en el segundo tiempo. Es curioso, porque Sergio Pellicer estuvo muy cerca de sumar el segundo triunfo desde que llegó al banquillo malaguista en apenas tres partidos. Quizás no lo mereció en Alcorcón, pero desde luego ante su rival de este domingo, sí.
Lo que ocurre en el equipo costasoleño ahora mismo es fácil de explicar. A una planificación paupérrima por culpa del máximo accionista por ahora, Abdullah Bin Nasser Al Thani, se une un cambio demasiado tardío del ex entrenador Víctor Sánchez del Amo y la falta de competencia entre los miembros de la plantilla. Si no hay relevos, no existe competencia entre los miembros del plantel costasoleño, la resultante es que muchos futbolistas se acomodan en su intocable titularidad. Hay algunos ejemplos palmarios en el equipo, Juanpi Añor entre ellos.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte el nominado para “peor actor principal” en la portería de la entidad de Martiricos es Munir. Sus injustificables errores privaron al Málaga CF de jugar una eliminatoria más de ascenso la pasada temporada. En lo que llevamos de Liga SmartBank, su falta de seguridad ha lastrado la buena labor defensiva del equipo en varios partidos. Lo de este domingo ya fue bochornoso pero en el primer equipo no hay competencia en la portería ni casi en ningún puesto. Esto relaja a los jugadores, incluso aunque sea de forma inconsciente, con lo que el rendimiento deportivo acaba siendo penoso. Lástima porque el triunfo habría renovado las ilusiones deportivas de una sufrida afición malaguista, toda vez que las administrativas están por los suelos.
La cuestión es que no se sumó la victoria en un envite donde los costasoleños fueron superiores y tuvieron más oportunidades de gol pero no supieron cerrar el partido en el momento adecuado. Lo positivo es que una jornada más los malacitanos siguieron invictos y que las sensaciones parecen mejores que hace varias semanas. Con este compromiso el equipo puede evitar el descenso deportivo, esperemos que quienes pueden evitarlo logren salvar el matchball jurídico administrativo.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.