Lamentable el Málaga en Getafe y, aún peor, su todavía entrenador, el alemán Bernd Schuster. Después de un inicio sin ninguna intensidad y encajando un gol tras un grave error de Angeleri -¿y cuándo no es fiesta con el argentino?- , los malaguistas, con un Sergi Darder imperial y Camacho junto a Duda haciendo bueno el juego ofensivo del canterano, pasaron a dominar el partido.
Los blanquiazules se fueron al descanso, y más con la expulsión de Ciprian, con la sensación de poder ganar el envite con cierta comodidad. Sin embargo, para desasosiego de la afición malacitana y de la zona noble del club, Schuster decidió echarle una mano a su homólogo en el banquillo getafense realizando unos cambios inteligibles para cualquiera que sepa un poco de fútbol.
Primero quitó a Darder en la continuación del partido con lo que el Málaga, pese a su superioridad numérica, dejó de tenerla en la zona ancha del terreno de juego. Luego retiró a Portillo por un inoperante Iakovenko. Con este cambio igualó el encuentro, ya era uno menos por cada equipo. Por último colocó a Eliseu y no suplió a Angeleri, con una amarilla, así que como era de esperar fue expulsado. Para completar su desastrosa actuación desde el banquillo lo abandonó cuando quedaban seis minutos de añadido del partido, de vergüenza.
Esta semana se decide su continuidad o no para la próxima temporada. Yo creo que Schuster firmó su finiquito en Getafe.