Una fractura de la cabeza del radio del brazo derecho, lo que vulgarmente denominamos como una rotura del codo. La lesión de José Luis García "Recio" defendiendo la elástica blanquiazul en El Sadar frente al Club Atlético Osasuna. No pasaría de ahí, los problemas físicos en el fútbol son lo habitual por desgracia, si no fuese porque el bravo futbolista malagueño aguantó toda la primera mitad con el codo roto y pegado al cuerpo. No pidió el cambio y fue uno de los más acertados del Málaga CF el tiempo que estuvo sobre el terreno de juego.
En los clubes serios y señoriales estas actitudes y comportamientos son reconocidos adecuadamente. La vergüenza torera y gallardía demostrada por Recio a la hora de defender la elástica blanquiazul mientras soportaba el intenso dolor durante muchos minutos en un campo merece ser reconocida por el club costasoleño.
Lo normal sería que el Málaga CF le concediese su máxima distinción por su entrega y sacrificio en el terreno de juego, que siempre confiere a la entidad que lo hace un aurea señorial y lo acerca al respeto que los clubes ingleses tienen con sus futbolistas u otros empleados o cargos de relevancia. Siempre hablamos de que todos deseamos un club más grande y con aspiraciones importantes pero todo eso debe partir del cuidado de los pequeños detalles que permiten crecer adecuadamente a una entidad futbolística.
El comportamiento de Recio o el paso a un lado dado por Weligton se merecen un reconocimiento a la altura de las circunstancias.