En La Rosaleda, las ilusiones por la permanencia sufrieron un duro revés frente a un Real Betis que llegaba con la reserva y en serio aviso de crisis. Pero el equipo de Martiricos mostró su peor cara y Quique Setién le dio un baño táctico a Míchel en la primera mitad. Y aunque lo intentó remediar, el madrileño no pudo darle la vuelta a la lectura inicial.
Cierto es que a balón parado los blanquiazules dispusieron de tres oportunidades de gol, porque en esa faceta ambas defensas fueron unas hermanitas de la caridad, pero tras encajar el primer tanto los costasoleños desaparecieron del campo. El pase filtrado por Joaquín -ayer despedido entre división de opiniones por la parroquia malaguista- lo aprovechó Sergio León para poner en evidencia a la zaga y a Roberto. El cancerbero no tuvo la noche más feliz y pudo hacer algo más en ese primer tanto verdiblanco.
A partir de ahí el amo y señor del centro del campo fue el Real Betis y aunque los malacitanos lo intentaron sólo consiguieron encajar un segundo gol que el colegiado no concedió a Joaquín. El balón entró y Roberto Jiménez no reaccionó bien al principio pero sí después, lo que despistó al árbitro. La lesión de Adrián terminó de hundir la resistencia malagueña y colocar a Chory Castro de medio centro debilitó en demasía a los de Míchel.
La segunda mitad no varió demasiado y los de Setién sentenciaron a la contra pese a que los malaguistas mejoraron un poco su posición sobre el tapiz de La Rosaleda. Camarasa, en una jugada que bordeó el fuera de juego, marcó el gol que ponía la puntilla al envite. En consecuencia, ni la entrada de Ontiveros ni la de En-Nesyri solucionaron gran cosa, si bien el marbellí fue más incisivo y lo intentó todo pero sin fortuna.
La derrota provoca que el Málaga CF dé un paso atrás muy importante en su lucha por evitar el descenso justo ahora que el rival y las circunstancias les eran propicias. Ni Míchel ni el equipo estuvieron ayer a las alturas y, por lo tanto, la permanencia sigue estando a cuatro puntos.
Queda mucha Liga y no hay porque tirar la toalla aún, pero cada vez parece más complicada la consecución del objetivo.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.