La vorágine de la actualidad diaria y de la información no nos deja tiempo apenas para saber reconocer el mérito de nuestros mayores. No hace muchos años existieron periodistas muy respetados que no rendían pleitesía a las empresas editoriales que les pagaban el sueldo y les permitían dirigir sus medios de comunicación. Periodistas libres de pensamiento y opinión que, además,ayudaban en lo posible a los nuevos informadores y creadores de opinión que poco a poco iban cogiendo el testigo.
Con apenas veinte años tuve la suerte de ser designado corresponsal de El Mundo Deportivo en la capital de la Costa del Sol. Trabajé codo con codo con Tomas Guash, otro grande en su momento, y en esos casi ocho años tuve la suerte de conocer al gran maestro Andrés Astruells.
Astruells falleció ayer tras una larga e injusta, ¿cuál no lo es?, enfermedad. Periodista de pluma fina y análisis extraordinario de la actualidad fue un ejemplo para la clase periodística catalana y, desde su atalaya en la Ciudad Condal, un balón de oxígeno entre la rivalidad del denominado puente aéreo FC BARCELONA – REAL MADRID.
Andrés me aconsejó permanentemente y me ayudó a ir desarrollando mis primeros pasos como corresponsal de un medio nacional. Respetó siempre la información que del extinto CD Málaga surgía en aquellos años. Ya entonces se vivieron dificultades extremas en la entidad malaguista y episodios de enorme complejidad. A las promociones frente al RCD Espanyol y Cádiz CF, tuvimos la desgracia de vivir el fallecimiento del gran Juan Gómez "Juanito" y el terrible desenlace del guardameta José A. Gallardo. Poco después, la desaparición del club malacitano.
Pero antes hubo ocasión de disfrutar del debut de Luis Merino en El Molinón frente al Sporting de Gijón, cuya primicia en el once inicial publicamos en primicia en El Mundo Deportivo. Aquello sirvió para que Astruells, un enamorado de Málaga y sus tradiciones, me permitiese junto a Tomás Guash escribir el primer artículo de opinión en relación al debut de un canterano de Churriana en el primer equipo malacitano. Después, un gran reportaje desde su casa junto a su familia. Y luego, reportajes en las páginas centrales del periódico de jugadores de la NBA que visitaban campus de baloncesto en la capital costasoleña. Y portadas del debut de Juanito en Los Boliches, etc.
En todos estos casos, el maestro Andrés Astruells nos guiaba los pasos e indicaba sobre la conveniencia o no de determinadas opiniones o entrevistas. Sin embargo, jamás nos cambió una coma o una frase de nuestros artículos u opiniones. Entonces, como ahora, ello comprendía una gran dificultad, pero como he dicho al principio su honestidad estuvo siempre fuera de toda duda. Fue siempre respetuoso y de trato agradable con un exquisito seny catalán. Dirigió con sabiduría y una extraordinaria mano izquierda El Mundo Deportivo de Barcelona en tiempos de dificultad, y condujo al periódico a un período excepcional como fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona 92'.
Se nos ha ido un gran periodista y mejor persona, y no es un tópico, no al menos en el caso de Andrés Astruells.
Descanse en paz, maestro extraordinario y mejor amigo. Nuestras larguísimas conversaciones de teléfono continuarán ahora en mi mente y para siempre en mi corazón.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.
