Pues sí, este Málaga CF ha entrado con buen pie en la Liga 123. Tres puntos de oro frente a un buen Córdoba CF, que movió bien la pelota durante quince minutos pero fue demasiado blando en defensa y en las marcas. Si enfrente está el conjunto del asturiano Muñiz, esa endeblez es poco menos que una sentencia de muerte futbolística. Además, frente a los de La Mezquita cordobesa, digan lo que digan los amigos de la desamortización de la Iglesia Católica española propiedad de ésta, marcó un gol Adrián.
A mí me parece que no todo el mundo ve el trabajo oscuro del buen jugador blanquiazul y es injusto. Fue recompensado con un gol merced a su buena colocación en la jugada. Por otra parte, los costasoleños no sólo fueron capaces de ganar con claridad, sino también seguir apretando sobre la portería rival tras adelantarse en el marcador.
No le hace ascos Muñiz a protegerse atrás si es necesario para conservar un buen resultado, sea en casa o fuera de ella. Ante los de Sandoval lo vio claro y mandó seguir presionando a los suyos, y tal como se desarrolló el envite era cuestión de tiempo que alguno de los futbolistas malaguistas de ataque volviesen a liarla.
Si hablamos de Hicham, estaba claro que aparecería para marcar. A ello he de unir el partidazo de Gustavo Blanco y la capacidad de Ontiveros para leer qué hay que hacer sobre el terreno de juego junto a un Haper de cine. Lo de N'Diaye empieza a ser una exhibición y la defensa, un muro para los rivales.
En definitiva, no hubo quinto malo para este Málaga CF de Muñiz y el cuadro costasoleño se encamina poco a poco hacia la categoría que nunca debió perder.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.
