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MARTÍN AGUILAR, UN LINCE DE LA ÉPOCA

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Me fui de luna de miel con mi esposa Asun un 20 de junio de 1.995, con el recién nacido Málaga CF casi sin opciones de ascender en la liguilla de ascenso. En Orlando, supe de las buenas noticias, el conjunto presidido por Federico Beltrán, pese a haber perdido los dos partidos iniciales de su grupo, había logrado el ascenso. Este 29 de junio el cuadro malacitano cumple un cuarto de siglo, un año más que mi matrimonio, como diría áquel casualidades de la vida.

 

Un par de años y medio antes, Paco Martín Aguilar, un lince de la época, escindió la pertenencia del filial con el extinto CD Málaga, de manera que todas las deudas y compromisos incumplidos por el conjunto costasoleño. El actual Consejero Consultivo, malaguista por los cuatro costados, al comprobar la ineficacia de las instituciones malagueñas para ayudar al club en una deuda que hoy suena a risa. Pedro Aparicio, ya fallecido, no ayudó a la entidad de Martiricos y la Junta de Andalucía aún menos. Puestas así las cosas, Martín Aguilar, resultó ser decisivo y fundamental para la historia del fútbol malagueño con su acertada decisión.

 

Después Antonio Domínguez, prestigioso internista de medicina estomacal, con un equipo de personas como José María Abela, Antonio Olmedo o Manolo Arias y José María Domínguez realizaron un trabajo excepcional y ascendieron al Atlético Malagueño en una temporada a la Segunda División B con Fernando Rosas en el banquillo. Sin su labor desinteresada y un esfuerzo extraordinario hoy está ciudad no tendría un club de fútbol con la historia vivida las últimas 15 temporadas.

 

La travesía por el desierto fue muy dura. Ascenso, otra vez descenso y así hasta la llegada de Federico Beltrán que cambió el nombre del club a MÁLAGA CF en una asamblea de socios y junto a Fernando Puche y Eduardo Padilla profesionalizaron poco a poco al club malacitano.

 

La sociedad malagueña y los seguidores de la nueva sociedad anónima deportiva no fueron en masa a las sucesivas ampliaciones de capital que dirigentes como Ruiz Guerra, Fernando Puche o Fernando Sanz pusieron a su disposición. Lejos de clubes como el Sevilla FC, Real Betis o Valencia CF, la afición malaguista “dimitió” de esa posibilidad así que finalmente el empresario malagueño Fernando Puche se hizo con la mayoría accionarial del club.

 

Bajo su mandato se ascendió en dos temporadas de Segunda División B a la Primera División de forma brillante. De la mano de Joaquín Peiró en el banquillo se llegó también a jugar la Copa de la UEFA ganando previamente la Copa Intertoto. Poco depues el fallecido Antonio Asensio se hizo con la mayoría accionarial y dejó en la presidencia a su amigo Serafín Roldán, lo que unido al fallecimiento del primero frenó la magnifica marcha del club.

 

La gestión de éste último dilapidó el brillante trabajo de Fernando Puche y acabó desembocando con el conjunto de la capital de la Costa del Sol en la Segunda División y al borde de una nueva desaparición.

 

El primer fracaso lo evitó un Antonio Tapia en el banquillo con un trabajo y pedadogia deportiva que asombró a toda España. Pero a la siguiente temporada el descenso fue inevitable.

 

Antonio Asensio hijo, al igual que ha hecho con el Grupo ZETA, hundió al club y solo la llegada y el compromiso de su cuñado Fernando Sanz unido a la inteligencia y preparación de su cuñado Luis Yañez evitaron la desaparición del club.

 

Si Martín Aguilar fue muy hábil separando al filial del club matriz, Yañez ideó la famosa primera Concursal del fútbol español y marcó una pauta junto a una profesionalidad de gestión inapelable.

 

Una grave enfermedad de éste, obligó a Fernando Sanz a inmiscuirse más en el día a día de la entídad de Martiricos donde José María Fernández Mochón y José Luis Ruiz fueron fundamentales para que el club saliese a flote tras un ascenso de categoría meteórico con Juan Ramón López Muñiz a la Liga de las Estrellas.

 

Primero evitó el asturiano un descenso a la Segunda División B, luego ascendió al equipo y fue capaz de mantenerlo otra temporada en la máxima categoría.

 

Para entonces, tras empatar a un gol con el Real Madrid en la última jornada de Liga en La Rosaleda, Fernando Sanz, tal y como adelantó Radio Marca Málaga días después, ya sabía que casi tenía vendida sus acciones al nuevo propietario.

 

El Sheikh Abdullah Bin Nasser Al Thani se convirtió en el máximo accionista de la entidad y logró que el Málaga CF jugase la Champions League con Manuel Pellegrini en el banquillo.

 

Con el chileno se jugaron los cuartos de final de la máxima competición continental, se repitió clasificación para jugar la Copa de la UEFA, que no se pudo disputar por sanción.

 

El sueño de las mil y una noches se cayó como un castillo de naipes y el resto de la historia hasta hoy ha dejado al club en la Liga 123 y con una situación económica y deportiva deplorable.

 

Son los 25 años de un nuevo club, que para la mayoría es la continuidad del extinto CD Málaga y que para mi supone mi vida profesional de los últimos 33 años.

 

Profesional y sentimental porque es imposible no irse cabreado o contento según lo que haga el conjunto malaguista después de haber narrado, analizado, comentado, redactado durante tantos años la historia del fútbol malagueño durante más de tres decadas.

 

Con el sueño y el deseo de que lo que esté por llegar supere con creces en positivo lo vivido espero poder celebrar con mi esposa Asun, nuestra Bodas de Plata con el Málaga CF otra vez en la Liga de las Estrellas.

 

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.

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