Antes que nada quiero agradecer a los profesionales del Málaga CF y a su entrenador, Víctor Sánchez del Amo, su gran profesionalidad y entrega un partido más. Ya quisiera yo que el máximo accionista del club, Abdullah Bin Nasser Al Thani, tuviese la mitad de compromiso que demuestran la mayor parte de sus empleados en las oficinas y los futbolistas junto al “míster” semana a semana.
Sin embargo, pese al esfuerzo del conjunto malaguista en Montilivi era casi imposible que frente al Girona se lograse un resultado positivo. Al primer y único descuido, los gerundenses lograron encontrar a Stuani -recuerden que era demasiado mayor para ser fichado por el cuadro malaguista hace tres temporadas- y pasó lo normal cuando juegas con un delantero: que aquello terminase en gol. Y ahí acabó el partido, porque los unos con más plantilla titular y recambios en el banquillo dejaron de apretar. Y los otros, dejándose el alma sobre el terreno de juego, no dan para más.
Su Alteza Real, Sheikh Abdullah Bin Nasser Al Thani, tiene la palabra. O ayuda en lo que pueda de esta noche a mañana, o habrá que rezar y mucho para no pelear por no descender de categoría en lo deportivo. En lo administrativo, el club tiene oxígeno hasta el parón invernal si nadie lo complica con fichajes absurdos, gastos caprichosos y alharaca lírico bailables varias.
De momento, cuatro puntos en tres partidos, más no se puede pedir.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.