LOS ACTOS DE AL THANI, CON LA ANUENCIA DE ARNAU, TRAEN ESTAS CONSECUENCIAS

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Nada de lo que está ocurriendo en el Málaga es anormal o ilógico. Como bien dijo el capitán Recio al finalizar el encuentro, “todo lo que ha pasado en el club desde que finalizó la temporada anterior ha sido un circo". En efecto, el gran circo catarí de Al Thani.

 

Cuando se descapitaliza un club, de forma permanente se venden sus mejores activos -los futbolistas-, no se fichan jugadores de calidad para suplir las salidas y se desamortiza en la sociedad anónima deportiva sin reducir la deuda, la resultante es que en el terreno de juego todo este cóctel pasa factura.

 

Y pasa factura porque no puede ser que el dinero esté en los despachos para el presidente y sus hijos en lugar de en los fichajes necesarios para el primer equipo, o en la reducción de la deuda que nunca baja en el Málaga CF desde que se fue Vicente Casado. O, al menos, que parte de ese dinero que ha entrado a espuertas en el club este verano en traspasos y derechos televisivos estuviesen ya dedicados para la Academia, que debería ser el futuro. Pero nada de esto ocurre.

 

En las últimas tres temporadas, que se sepa, en sueldos, gastos y demás zarandajas, el club sale a más de doce millones de euros anuales para su actuales máximos accionistas. Multipliquen por tres y verán las cifras económicas que, de estar invertidas sobre el terreno de juego, nos darían ventaja sobre nuestros competidores más directos.

 

Hoy por hoy, Celta de Vigo, Eibar, Las Palmas, Espanyol, etc., con el paso de las temporadas, nos van adelantando por el carril de la izquierda y relegando, cuando no condenándonos, a pelear solo por la permanencia. La gestión de estos clubes sigue un criterio determinado y, aunque a veces sea erróneo, al menos hay una hoja de ruta que seguir. Como es natural ésta no pasa por el enriquecimiento de sus propietarios a costa del club.

 

Al Thani, esta pretemporada y con  el inicio de LaLiga Santander, ha descalificado a su director deportivo, Francesc Arnau, ha arremetido contra Michel, contra los periodistas, etc. Y lo que es peor, hace caso a cualquier cosa que sus "fieles" le dicen por las redes sociales antes que a los consejos de los profesionales.

 

Arnau ha demostrado que el cargo le viene grande. Primero, por no plantarle cara al presidente, y luego, por la cantidad de fichajes fallidos y el coste que han supuesto para el club. Sin embargo, ello no justifica que su jefe directo lo descalifique públicamente o le imponga fichajes y él ni siquiera responda o dimita. La anuencia de Arnau también le hace responsable de las decisiones del presidente aunque sea de forma indirecta.

 

Ayer se tocó fondo en Mestalla y el Valencia CF ganó y goleó al Málaga CF, nada nuevo. Con Míchel o sin Míchel sólo se ha ganado una vez a orillas del Turia en toda la historia blanquiazul. Otra cosa es la forma. Los futbolistas se hicieron fuertes tras encajar el primer gol, pero después del segundo, en fuera de juego por cierto, se vinieron abajo. Lo mejor que tuvo el míster madrileño la pasada temporada fue recuperar el estado de ánimo del vestuario.

 

Si ha perdido esa conexión con sus jugadores y estos ya no creen en lo que están haciendo -suele ocurrir con las derrotas y dinámicas perdedoras-, entonces Míchel será pasado del cuadro malaguista más pronto que tarde. 0 puntos de 15 jugados y con la perspectiva de 0 de 18 y 3 de 21, teniendo en cuenta el calendario, no ayudan.

 

Pero Míchel, más o menos acertado en sus planteamientos, no es el culpable de este desaguisado. No hay calidad en la plantilla y cada vez es más evidente, por lo que culpar al entrenador de ello es una auténtica barbaridad. Para muchos, Javi Gracia está pegando en la puerta pero ni él ni nadie pueden hacer bueno un equipo sin refuerzos adecuados. Los actos de Al Thani, con la anuencia de Arnau, traen estas consecuencias.

 

¡MEMORIA, COMPROMISO Y FE!, SOBRE TODO ESTO ÚLTIMO.