Las temporadas pasan, los clubes logran sus objetivos o fracasan en el intento, las aficiones sufren, se emocionan, disfrutan o llegan al éxtasis; los dirigentes no dimiten casi nunca mientras sus jugadores o entrenadores están siempre puestos en el ojo del huracán… Y cuando llega el final del curso liguero, vuelta a empezar.
Sea como fuere, y como si de la canción de nuestro intérprete más internacional se tratase, Julio Iglesias, `la vida sigue igual`. Y si hablamos del Málaga no sólo sigue igual sino que en muchas cuestiones da la sensación de que van a peor. Mario Armando Husillos, director deportivo blanquiazul, se ha cargado a Bernd Schuster sin tener aún atado a un entrenador de igual o mejor nivel para la próxima temporada. La propiedad aún no tiene claro si fichar al técnico que recomiende Husillos o imponer otro diferente, con el peligro de que vuelva a verse desautorizado como la pasada temporada.
Vicente Casado, director general, al igual que el núcleo duro del vestuario, ya no querían la continuidad de Schuster. Sin embargo, ahora son todos ellos un mar de dudas de cara al siguiente curso liguero. Quique Sánchez Flores ilusiona a la afición y el Tata Martino no disgusta, aunque la mayoría sigue teniendo entre sus predilectos a Paco Jémez.
Una temporada más el entrenador blanquiazul no será el de la campaña anterior, y las bajas y las altas en el club volverán a ser importantes. En el Málaga es evidente que `la vida sigue igual`.