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A Míchel y a su Málaga CF ya le salen bien hasta los cambios. Ayer, los tres que entraron en la segunda mitad fabricaron la jugada del tercer gol con precisión de relojería suiza para que anotara un inconmensurable Sandro. Los blanquiazules bordaron el fútbol frente al Celta de Vigo e incluso pudieron ganar por más goles.
Sin embargo, no todas son buenas noticias en la entidad de Martiricos. A medida que se acerca el final de la Liga, más preocupación hay en la zona noble del club y en la dirección deportiva de la entidad. La permanente exposición de los mejores jugadores del club empieza a atraer demasiados "buitres" del fútbol
hasta La Rosaleda. Dos de ellos estuvieron ayer en el palco blanquiazul siguiendo las evoluciones de Sandro y mucho me temo que será casi imposible retenerlo otra temporada más. Anoche le dedicó su gol a la afición malacitana y se besó el escudo acercándose a una de las cámaras de televisión al grito de “te quiero, Málaga”. Sonó a despedida y agradecimiento a un club y a una afición que le ha dado la oportunidad de triunfar en la élite y lo ha adoptado como hijo suyo. Pero Sandro sabe que tiene ofertas de clubes de la Champions League y de la Premier inglesa, por lo que será milagroso que continúe a las órdenes de Míchel otra temporada más.
Mas no es este el único problema para Francesc Arnau. A medida que pasan las jornadas el crecimiento de Ontiveros es exponencial y tiene pinta de que las ofertas por el marbellí estarán también pegando en la puerta de los blanquiazules. El Arsenal y el Valencia se han obsesionado con Fornals y no será fácil su continuidad. El omnipresente Camacho cierra, de momento, el círculo de las preocupaciones malacitanas de cara a la temporada próxima.
Mientras tanto, hay que seguir disfrutando de un final de curso liguero impensable hace solo un mes y medio, al tiempo que el malaguismo entero agradece a Míchel su trabajo en este vestuario.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.