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LA MÁLAGA MADRASTRA DE SIEMPRE CONTRA SU MÁS DESTACADO HIJO

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Estimado Antonio:

 

Empiezo mis atrevidas líneas comentándote que mereces todos mis respetos como persona implicada con los demás, como malagueño y cofrade que difundes por todo el mundo nuestra Semana Santa y, de manera especial, con la advocación mariana Lágrimas y Favores, así como con la ayuda que desde la Fundación que diriges llevas a cabo mediante becas para nuestros estudiantes más avezados. Tienes también mi admiración como actor que se supera a sí mismo y lleva el nombre de Málaga por bandera -y no estoy haciendo un juego de palabras- por todo el planeta, amén de ser nuestro actor más internacional. Lograrlo como lo has hecho tú y con la enorme dificultad de tus inicios es un ejemplo a seguir para una juventud como la actual tan falta de referentes en el ámbito de la cultura o el espectáculo.

 

Antonio, tengo la suerte de conocer desde hace muchos años a personas muy cercanas a ti, aunque tú no lo sabes. Todas ellas extraordinarias por unos u otros motivos. Para empezar, a tu hermano Javier, un luchador incansable, como ya sabes, ante las dificultades que la vida le ha planteado, además de un deportista y regatista excepcional. Luego, tus buenos amigos Paco y Jesús Fortes, de manera especial el segundo, que para mí es como un consejero empresarial y político de gran relieve.

 

Hay más pero me quedo sobre todo con mi hermano Pedro Luis Gómez, una institución periodística malagueña que en otra ciudad ya tendría una calle y el respeto de toda la profesión y los cofrades de nuestra tierra. Pero…. ya sabes, esto es Málaga, la eterna madrastra de lo propio y madre acogedora de lo ajeno. Y tú, querido Antonio, no eres ajeno a ello.

 

La Málaga cainita, la que se hace daño a sí misma permanentemente, la que ignora las bondades de lo que le ofreces con tu proyecto cultural y artístico cinematográfico y teatral. Luego está la otra capital de la Costa del Sol, la que te admira y te respeta, la que te quiere y comprende tu esfuerzo y entrega gratuita sin pedir nada a cambio. La que sabe y evalúa con sobresaliente tu trayectoria profesional y personal, la que te agradece que pasees su nombre con clase y estilo propio por todo el mundo, la de los sensatos y los eruditos de la cultura.

 

Lamentablemente, Antonio, hoy hay personas en el Ayuntamiento de Málaga que anteponen sus intereses personales buscando rédito político, léase el señor Zorilla en IU-CA y la señora Torralvo en Málaga para la Gente-Podemos, aderezado con la indecisión continúa del partido al estilo del perro del hortelano, o sea, Ciudadanos.

 

Sin embargo, te cuento que servidor lleva casi dos décadas promocionando las virtudes de la capital de la Costa del Sol en diferentes medios de comunicación nacionales. Es más, he logrado que muchos compañeros de profesión lo digan siempre que van a hablar de nuestra Málaga, la primera en el peligro de la libertad.

 

Al margen de críticas en general o insultos, más multitud de descalificaciones por mis críticas para tratar de mejorar el deporte malagueño, la política o nuestra Semana Mayor, poco más recibo en el día a día. Tampoco lo pretendo. Conozco mi ciudad y a mis conciudadanos. Además, porque a mí me agrada más regalar que recibir presentes y siempre y cuando tengas a bien recibirlo, al igual que hizo nuestro amigo común Sergio Scariolo, el equipo de redacción de Radio Marca Málaga quiere concederte el escudo de oro de nuestra humilde casa.

 

Con ello, de paso, me permito pedirte que en la balanza de tu lógica indignación sopeses más a los malagueños de bien que valoran tu proyecto, la sapiencia que junto a Seguí habéis manejado en todo este asunto y lo que supone para Málaga, tu Málaga, que el proyecto que tenéis para la misma siga hacia adelante. No será ahora y quizás nunca cuando los malagueños te lo agradecerán en masa, somos como somos y eso no lo va a cambiar nadie.

 

Lo harán seguro con el paso de los años, cuando incluso igual no puedas disfrutarlo, pero ¿acaso importa? A los malagueños de verdad, que incluso nacemos donde nos da la gana pero amamos, vivimos por y para nuestra tierra, al igual que tú, eso nos da lo mismo, Disfrutamos de lo bien que se lo pasan nuestros conciudadanos con nuestro esfuerzo diario y ese es nuestro regalo.

 

Con todo mi afecto para ti,

Antonio.

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