La dimisión de Juande Ramos es un problema mayúsculo y muy serio para el presente del Málaga CF y Dios quiera que no lo sea también para el futuro. La decisión del manchego no viene dada únicamente por la situación vivida la otra noche en las gradas durante el partido de vuelta de la Copa del Rey frente al Córdoba CF. Ese sólo fue el desencadenante.
Juande lleva meses solicitando refuerzos y un interlocutor con mando en plaza y poder de decisión en el día a día del club que, por unas causas u otras, nunca ha encontrado. Una única persona merecía su confianza y confesiones dentro de la entidad malaguista y otra, que nadie podría ni siquiera imaginar, fuera del cuadro blanquiazul. Ya lo advirtió a sus interlocutores cuando le ficharon: "o me hacen caso y me tratan con el respeto que mis decisiones merecen o no estaré aquí mucho tiempo".
Es cierto que su falta de paciencia para suplir a Kameni, cuyo comportamiento en el vestuario merece un estudio aparte, sólo le ha servido para acabar cuestionado por la afición, pero recapitulemos. 21 puntos. Casi mes y medio invicto con un equipo con siete bajas y plagados de futbolistas del filial. Sin contar con el mejor Camacho, quien está jugando con demasiados problemas físicos y cabreado porque el club no le ofrece la renovación al alza que le prometió. No tiene al nueve de referencia que siempre pidió y los refuerzos no han terminado de dar el rendimiento adecuado salvo Sandro. La Copa del Rey, un año más, ha sido un desastre, por lo que no es novedad ni achacable al entrenador.
Ahora bien, lo que es imperdonable y resulta de una insensatez supina es que el presidente del Málaga CF comunique vía Twitter esa dimisión cuando aún se estaba trabajando desde el club por evitarla. Otra más de un presidente que piensa que su forma de proceder es la correcta y pone con ello a los pies de los caballos a la entidad malaguista y a su futuro deportivo inmediato. Incomprensible e inaudito pero la realidad blanquiazul una vez más. Qué triste y qué desatino.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.