Anoche jugaba el Málaga CF un partido crucial para sus aspiraciones de permanencía en Eibar. Al jeque le debió importar un rábano el partido porque justo cuando jugaban sus futbolistas se entretuvo en otras de sus aspiraciones: liarla parda con el twitter. Ayer llamó corrupto al Estado español, descalificó a Francisco de la Torre y se negó a poner un euro en la construcción de las instalaciones para la Academia del club. Al Thani va a perder el club más pronto que tarde, pero pareciera que antes de hacerlo quisiera dejar a la entidad costasoleña malparada.
La etapa de González se inició, pues, con la política del patadón y tentetieso; aunque las sensaciones parecen mejores, es muy insuficiente para lograr la permanencia. Es cierto que las condiciones climáticas y el estado del terreno de juego invitaban a ello, pero no lo es menos que se debe proponer algo más o quedarse en LaLiga será muy improbable.
No me disgustó el equipo en líneas generales, pero entre lo que falló en ataque y lo que salvó Roberto Jiménez -este portero es muy bueno- igual pudieron ganar 1-3 que perder 4-1. Aunque la cabeza la teníamos casi todos en la desvergüenza de un presidente metido en otra guerra sin sentido e inexplicable.
¡Ay!, Señor. ¿Qué hemos hecho para merecer tanto castigo?
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.