Por fin una buena noticia para el Málaga CF. En medio de un club en clara descomposición, con un presidente inexistente, una afición hasta los mismísimos de sus dirigentes -léase el papi y los hijos-, y una nula planificación de la próxima temporada, aparece un rayo de luz en la penumbra 'althaniense', que diría César Suárez.
Ignoro quién lo habrá asesorado, al jeque me refiero, y cuál habrá sido el motivo para que en pleno Ramadán, Abdullah Bin Nasser Al Thani reaccionase al fin. Sea quien sea, muchísimas gracias en nombre del malaguismo. Quiero pensar que detrás de la llegada de José Luis Pérez Caminero -y por extensión, García Quilón-, hay algo más que iremos viendo con el paso del tiempo. No es importante ahora. Lo único interesante es quien llega.
Caminero fue fundamental en un momento dado en el Real Valladolid. Lo ha sido aún más en el Atlético de Madrid. Se habla, y con razón, de Simeone como el héroe del nuevo status colchonero en LaLiga y en Europa. El director deportivo que le fichó fue Camninero. Con él regresaron los títulos y los futbolistas de élite al club rojiblanco, por lo que resulta incomprensible, por mucho Andrea Berta que llegase después, que le hayan permitido salir sin más.
Yo no creo ni en las casualidades ni en las estupideces, así que estaré atento a la pantalla para ver qué hay detrás de todo esto. En cualquier caso, sólo puede ser bueno para el Málaga CF. Dar la bienvenida a la capital de la Costa del Sol a Caminero es de obligado cumplimiento y así lo reza la leyenda del escudo de la ciudad. Málaga es acogedora de lo ajeno y madrastra de lo propio, como con Esteban, cuyo trato, si no es fichado, habrá sido demencial en apenas cuatro meses. El acierto de Al Thani fichando a Caminero es muy destacable. Ojalá sea el inicio de algo importante. Ya hay un motivo, además del escudo, los colores y lo que representan, para renovar el abono.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.