No voy a fijarme ni siquiera en sus nombres. Hace mucho tiempo que tengo claro que los colegiados españoles, conociendo cómo se ganan los ascensos, descensos y el ser o no internacional, han decidido arbitrar a los grandes del fútbol patrio con una doble vara de medir o doble moral en relación al resto de los clubes de la LFP.
Que al Real Madrid y al Barça les ayudan los árbitros a encarrilar sus encuentros cuando hay alguna dificultad, o a sentenciarlos si es menester, es una obviedad. A ello hay que unir una excesiva complacencia similar estas dos últimas temporadas al Atlético de Madrid y no menor esta temporada al Valencia CF. Es lo que hay.
Javier Tebas, presidente de la LFP, pone de ejemplo al Málaga CF por su controlada economía y su buen hacer en este aspecto desde la llegada de Vicente Casado y Manolo Novo al control financiero del club. El acierto de Mario Armando Husillos en la parcela deportiva y el de Javi Gracia en la dirección del equipo están haciendo el resto. Sin embargo, la propia LFP y la Real Federación Española de Fútbol, a través de los árbitros, ya se han encargado de enviar un claro mensaje al malaguismo en cada partido con un rival de los llamados grandes este ejercicio liguero.
Si el equipo costasoleño aguanta, podrá jugar la Europa League que la UEFA y el Sevilla FC le hurtaron en los despachos pero queda prohibido ir más allá. Las plazas de Champions League son para los de siempre más el club colchonero . Y esta temporada para el Valencia CF, al que hay que ayudar para que la inversión de Peter Lim sea suficiente y no desaparezca. El premio de la permanencia no es menor para un club que se reinventa cada temporada ya que le ha tocado sufrir al único "jeque pobre" que había en Catar.
Ir a la Europa League la próxima temporada es un sueño con no pocas aristas para lograr la permanencia cómodamente después. Jugar la Champions League es inconcebible en los estamentos del fútbol español para un club ejemplar en su reestructuración económica y deportiva, pero pobre de solemnidad al lado de los poderosos.
Al Málaga CF le invitan, pues, a sentarse a la mesa de los ricos de esta Liga de las Estrellas, pero cuidado con pensar que aún no nos consideran parte del servicio que las sirve. Es la doble moral arbitral y de la competición que los de Javi Gracia han sufrido esta campaña liguera cada vez que han jugado contra un grande. Afortunadamente, hasta el inicio de la segunda vuelta ya no les queda ningún rival de esta enjundia en el camino.