HAY QUE SABER DIGNIFICAR A CARLOS CABEZAS

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El Caso Bourne ha sido un éxito de taquilla cinematográfico durante los últimos 12 años. Ya saben, Matt  Damon protagoniza a una máquina perfecta del espionaje y el asesinato según las necesidades de una especie de GAL norteamericano con ramificaciones en todo el mundo, pero mucho más perfeccionado que la chapuza española. Más o menos es el tiempo que Carlos Cabezas cayó en desgracia con el club de toda su vida, CB MÁLAGA – UNICAJA.

 

Ni el presidente, Eduardo García, ni los directores deportivos que han pasado por el club desde entonces, si me apuran, ni siquiera la afición de la entidad cajista, han sabido valorar en su justa medida la enorme figura de este marbellí. Bonachón, excelente persona, amigo de sus amigos y sin una mala palabra nunca para Unicaja.

 

El conjunto de Casemiro evidenció ayer todas las carencias posibles frente al Basquet Valencia, aumentadas si cabe con la recaída por lesión de Alberto Díaz. Sin embargo, hubo un elemento fundamental entre unos y otros. En los valencianos sí había entre sus filas un par de jugadores de los que saben poner las pilas a sus compañeros. Entre los malagueños no había, no lo hay aún, un líder natural.

 

Cabezas está al final de su carrera pero es uno de esos jugadores que yo siempre quiero en mi equipo. No va a jugar todo el partido, como es lógico, pero puede ser fundamental en determinados minutos de cada cuarto y en el denominado Golden Second. Además de ponerle las pilas a más de uno en el vestuario o durante los encuentros. Dignificaría al club y a su presidente, Eduardo García, permitir a Carlitos despedirse de su afición y de su club jugando en la cancha.

 

De igual forma le digo al presidente de la Federación Española de Baloncesto, Jorge Garbajosa. ¿Para cuándo el partido de despedida de la Selección Española en Málaga para Carlos Cabezas? ¿Existe algún motivo para que no haya sido celebrado aún? El mismo Pau Gasol reconoció días atrás en una entrevista que tanto en el Mundial de los Juniors de Oro, como en el Mundial ganado a Grecia, “cuando había problemas le dábamos la pelota a Carlos y él lo arreglaba”. Igual tiene que ver con la de horas que después de entrenar, su padre lo tenía tirando triples y tiros libres en Marbella, sin pabellón ya hiciese frío o calor, bajo la lluvia o el viento. Se merece pues, señor Garbajosa, un reconocimiento de la Selección a la que hizo campeona del Mundo en dos ocasiones. Seamos respetuosos y otorguemos a Carlos Cabezas, Don Carlos, lo que por méritos y logros se merece.

 

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.