Las temporadas hay que calificarlas cuando han finalizado y, por lo tanto, hemos de esperar a que concluya el encuentro de este sábado para darle una nota definitiva. Hay que tener en cuenta que, en esta oportunidad, la última jornada va a ser frente al Sevilla FC, con todo lo que ello significa para la afición malaguista.
Las múltiples y variadas connotaciones que existen con la capital andaluza y que el conjunto hispalense se convirtiese en su momento en el sustituto de la rivalidad por antonomasia dan a este encuentro un carácter especial.
Para los seguidores blanquiazules lograr una opción europea para la próxima temporada y, que de paso, ello evite la clasificación de los sevillistas para la previa de la Champions League, les pone mucho.
Como ya he escrito en otras ocasiones ganar al Sevilla FC supone parte de la liturgia obligatoria que los malaguistas piden a sus jugadores y técnico cada temporada. Es un aliciente muy interesante para los costasoleños y más que suficiente para que se despidan de su afición ganando. Y a ver si sale la carambola y empata el Athletic de Bilbao para que el sueño europeo siga vivo.
Sería de justicia que el Málaga CF terminase séptimo en la clasificación, sobre todo teniendo en cuenta los arbitrajes a favor que han tenido los vascos en la segunda vuelta. Capitulo aparte es la remontada de la pasada jornada, marcar tres goles en diez minutos ha dado pie para pensar casi cualquier cosa.
Total, fin de fiesta en La Rosaleda, donde ha habido muchas cosas que celebrar este campeonato que ya finaliza, con el deseo de ganar al Sevilla FC y que todos se vayan de vacaciones con un buen sabor de boca.
