El viernes de la semana pasada, como otras muchas malagueñas y malagueños, nació Gisela, la hija de mi sobrina Sandra. Seguro que su madre, Yolanda, mi hermana, desde su tribuna celestial dejó deslizar más de una lágrima por sus mejillas al comprobar que su primogénita, junto a su esposo, David, la habían hecho abuela de una criatura preciosa y encantadora. Estas líneas quiero dedicárselas a ellos y a mi cuñado Antonio, que ya es abuelo. Y hasta aquí, que acabaré por ponerme tierno y no es mi estilo.
Gisela nace al amparo del nuevo Málaga de Juande Ramos y que desde la dirección deportiva coordina Francesc Arnau. Es un proyecto construido desde la confianza mutua del jeque Al Thani con Arnau, un colaborador cercano y con mando en plaza en el día a día, aunque a él le disguste esa definición pese a ser la correcta, además de un entrenador entregado a la causa como Juande Ramos.
La mano del dúo Arnau-Ramos apunta buenas maneras aunque discrepo sin ningún género de dudas sobre las decisiones del presidente respecto a sus cesados colaboradores y salvadores de la desaparición de la entidad malaguista. He de reconocer, pese a ello, que si se deja aconsejar y no estropea con su Twitter y otras majaderías el trabajo de ambos y la tutela directa sobre la entidad de Carlos López, del que he sido muy crítico pero reconozco ahora su acertada gestión en los últimos seis meses, es muy probable que en lo deportivo todo salga adecuadamente. Quiere esto decir que el Málaga CF puede soñar con regresar a la competición europea a poco que dos o tres clubes de los habituales se descuiden y no realicen una buena temporada.
Los fichajes de Sandro, Diego Llorente, Kuzmanovic, Jony, Keko, Michael Santos y Bakary Koné han despertado la lógica ilusión en la parroquia malaguista. La continuidad de Juanpi Añor, Rosales, Chory Castro, Pablo Fornals y la veteranía de Weligton, Duda y Recio además de Charles pueden ser muy útiles esta temporada.
Sin embargo, y aunque se ha trabajado sobre la base de que será fichado por un grande, su jugador franquicia sigue siendo Ignacio Camacho. Sobre todo lo demás no quiero opinar hoy.
Ahora que se inicia un nuevo proyecto ilusionante y esperanzador para una afición que ha sufrido mucho las últimas cinco temporadas debido a la inestabilidad económica y a los desatinos del presidente, Al Thani, es necesario que todos rememos juntos en la misma dirección. La justicia dirimirá el resto de las cuestiones, y sobre otras de graves incidencias en el club el tiempo dará y quitará razones.
David, malaguista hasta la médula, va a inculcar a su hija Gisela este nuevo malaguismo que nace con Juande Ramos, y desde el mismo momento de llegar al mundo es una malaguista de pro junto a su madre, Sandra. Lo repito hasta la saciedad: ese y no otro es el gran activo del Málaga.