Inicio Linimento Deportivo ENRIQUE BOLÍN, EL HOMBRE QUE TRANSFORMÓ BENALMÁDENA

ENRIQUE BOLÍN, EL HOMBRE QUE TRANSFORMÓ BENALMÁDENA

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Si alguien me pregunta, y lo hacen muchos amigos a menudo, ¿por qué habláis siempre bien de Enrique Bolin?, o ¿quién ha sido hasta ahora el mejor alcalde de Benalmádena? Mi respuesta es fácil: en los últimos 50 años nadie ha hecho por ningún pueblo de España lo que Don Enrique por Benalmádena. Por edad y conocimiento, solo he conocido su primera etapa como alcalde y después senador por Alianza Popular, constatando las obras que dejó realizadas.

 

Podría destacar un sinfín de las mismas pero desde luego la construcción de la más amplia marina de Europa se lleva palma, léase el Puerto Deportivo de Benalmádena – Puerto Marina. Bolín transformó el municipio benalmadense y desarrolló un barrio como Arroyo de la Miel como nunca nadie imaginó antes mientras cuidaba de Benalmádena pueblo y hacía crecer Benalmádena Costa. Con los años, una evidente trampa política de un innombrable le apartó de la vida pública y social durante un tiempo. Sin ninguna duda el peor tiempo político que se le recuerda a Benalmádena.

 

Conocí a Enrique en 1.997, poco antes del nacimiento de mi hija Miriam, me lo presentó su mejor amigo, Sebastián Carretero. Una persona fundamental en la vida de Bolín y fiel apoyo en sus peores momentos, debo decir que un gran amigo mío también. Al poco tiempo ya estaba aprendiendo de sus dotes políticas y sociales además de su continuo acercamiento y respeto a sus vecinos.

 

No había una persona que no se acercase a saludar a Bolín, o a un vecino que él no recibiese en el Ayuntamiento incluso sin cita previa. No hablaba mucho pero era expedito y conciliador. Como quiera que aprender de su magisterio municipal hubiese sido imposible las veinticuatro horas del día, hice amistad y me dejé aconsejar por el libro abierto que es, si se le sabe escuchar, su mano derecha durante muchos años y amigo inseparable José Luis Fernández Guillén.

 

Un socialdemócrata convencido, buen amigo y profesor, con unos conocimientos de la vida pública y sus leyes superlativos. Bolín fue un gran alcalde y se rodeó, en líneas generales, de un buen equipo de gobierno siempre. En su segunda etapa al frente de la alcaldía terminó de desarrollar el municipio. Lo convirtió en municipio turístico de primer nivel. De sol y playa pero también de turismo deportivo. Construyó nuevas y mejores instalaciones deportivas, mejoró el Puerto Deportivo, se levantó un auditorio, se remodeló la Casa de la Cultura.

 

Fue capaz de construir un hospital público para Benalmádena y traer otro privado. Un crisol de culturas religiosas, una estupa, un templo budista, ayudó a las cofradías y hermandades, y un largo etcétera. Además del parque de ocio y el teatro al aire libre. Podría estar así varios días escribiendo y seguro que me olvido de personas y construcciones, por lo que pido disculpas.

 

En lo personal se me ha ido un buen amigo y consejero. Siempre me saludaba cariñosamente como “gordito” y se convirtió en un saludo cariñoso y elocuente. No se ha ido con el justo reconocimiento de su pueblo y de sus adversarios políticos que ahora sí lo harán. Tarde como siempre en nuestra tierra.

 

Una enfermedad que no le impidió trabajar a destajo por su Benalmádena del alma se lo ha llevado para siempre. Se va él, pero no su memoria ni su legado que todos estamos obligados a mantener, mejorar en lo posible y preservar.

 

¡Descanse en Paz!, tan insigne hombre y mejor persona.

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