Me ha dado la impresión en las últimas 24 horas que nadie en esta ciudad, al menos periodísticamente hablando, es consciente de la importancia que tiene que otro club venga a ningunear y a faltarle el respeto al Málaga.
Cierto es que muchos pueden afirmar, y no les falta razón, que los medios no están para defender a ningún club. También es lícita la postura de no dar pábulo a la noticia que otro medio adelante, como lo hicimos ayer en Radio Marca Málaga. Sin embargo, hay ocasiones, sin alejarnos un ápice de la objetividad que se nos supone, que hemos de defender aquello que creemos justo.
Me parece un asunto muy serio y éticamente reprobable que el presidente del Granada, Enrique Pina, haga ofertas a través a varios futbolistas del Málaga a pocos días de medirse a su equipo. Y algunos con contrato en vigor, lo que es ilegal. Pero es aún más grave porque llueve sobre mojado por el caso Iturra y por otras desconsideraciones que nadie investiga desde la LFP, organismo que preside un tal Javier Tebas, otro dirigente con un historial de traca. A Pina no se le pregunta cómo paga a sus jugadores, de dónde procede el dinero y cómo puede ofrecer 900000 euros más que los blanquiazules por Iturra sin que aparezca tal cantidad en el contrato del chileno.
El presidente de los de la Alhambra ha intentado desestabilizar a los costasoleños en la semana de este duelo fratricida entre hermanos. Tocar a Eliseu y a Amrabat es una provocación y, al tiempo, en el caso del marroquí, un nuevo incumplimiento de la normativa. Alguien en esta ciudad debería salir a poner las cosas en su sitio. Una pena que siempre le toque al mismo.
