El Málaga CF consiguió sumar un buen punto en el Fernando Torres frente al equipo revelación de la primera vuelta de LaLiga SmartBank. En un encuentro soporífero, los de Sergio Pellicer salieron indemnes pero su fútbol de intensidad defensiva no tuvo el despliegue ofensivo del pasado martes. Sin Renato por su banda ni Dani Pacheco en el once inicial el ataque blanquiazul se resintió en exceso pese al trabajo de Hicham y el esfuerzo de Luis Muñoz.
Si a ello le sumamos que los representantes, su familia y el Getafe tienen descentrado a Antoñín, que bien pudo ser expulsado en una acción impropia de un profesional, la resultante de la ecuación fue la de un club costasoleño lejos del área del Fuenlabrada. Con todo el casero arbitraje de López Toca y De La Fuente Ramos, lamentable en el aspecto disciplinario y técnicamente dejando mucho que desear, resultó definitivo para la fortuna malaguista en este envite.
Anuló justamente un gol por fuera de juego a Sadiku, hizo lo propio con el Fuenlabrada en el segundo tiempo, pero no quiso señalar un clamoroso penalti a Juanpi Añor en las postrimerías del encuentro. De igual manera, en una ley de la ventaja que solo beneficiaba al infractor, no tuvo a bien mostrar tarjeta roja a un defensor madrileño tras una dura entrada por detrás al venezolano. La filosofía VALVERDE madridista que se va imponiendo en el colectivo arbitral.
Para falsear el acta y evitar que el Comité de Competición sancione a un jugador de un club grande quedando mal con firma de mi puño y letra, pues prefiero no sancionar la falta ni mostrar la tarjeta roja y disgusto que me ahorro, debió pensar el trencilla. De todos modos lo que evitó el triunfo malaguista fue el gol fallado de forma garrafal por Sadiku, que tuvo en su cabeza un remate casi a portería vacía y lo mandó a las nubes, ya con el tiempo reglamentario cumplido. En definitiva un punto más sumado que acercan al Málaga CF a la permanencia siempre que lo haga bueno ganando al Mirandés en La Rosaleda.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.