EL CUENTO DEL LOBO Y AL THANI

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Ciertamente, el Málaga ha cambiado un presidente inversor, al menos inicialmente -Al Thani desembolsó 150 millones de euros- , por una pesada y reiterada versión de Pedro, protagonista del cuento de El Lobo. Ya saben, aquel pastor bromista y descarado que una vez tras otra gastaba la broma de avisar a sus vecinos de la llegada del feroz animal para atacar y comerse las ovejas de su rebaño. Estos acudían prestos a la llamada del joven pastor para auxiliarle pero siempre se encontraban sin ninguna oveja que salvar ni lobo alguno por la campiña. Un día la broma resultó ser cierta pero nadie hizo caso y el rapaz hispano se zampó el rebaño entero.

 

Al máximo mandatario blanquiazul ya casi nadie le hace caso ya que, como Pedro, hace mucho tiempo que miente. Miente porque ya suma tres temporadas sin poner un euro en el club. Miente porque ha vendido casi todos sus activos, léase sus mejores futbolistas, al mejor postor para no invertir ni un solo euro más al margen de lo recaudado o lo que el club sea capaz de generar. Miente porque prometió un proyecto de club campeón por encima de cualquier otra circunstancia y antes de que llegasen las primeras adversidades arrojó la toalla. Miente porque, al contrario que su primo el presidente del PSG francés, lejos de afrontar sus compromisos y pagar las sanciones económicas de la UEFA para poder evitar el control del Fair Play Financiero ha escondido la cabeza debajo del ala y ha abandonado el club a su suerte. Miente porque con sus desmanes o los de aquellos que mal le asesoraban hace tres temporadas casi forzó un descenso de la entidad costasoleña a Segunda División B y su posterior desaparición. Fernando Hierro evitó, por cierto, ambas cosas, a Dios gracias,

 

Y todas esas mentiras engloban también a una clase política que no ha sabido estar a la altura del Málaga y de su crecimiento, unos por desconocimiento o dejadez, otros por salvaguardar los intereses hegemónicos del Sevilla en Andalucía, y el resto por temor a lo desconocido y que esto pudiese provocar un cataclismo en el status quo del fútbol patrio. En definitiva, señor Al Thani, menos Twitter y redes sociales y más realidades. O venda el club y márchese como le vienen pidiendo en su país sus familiares y socios incluso antes de aterrizar en la capital de la Costa del Sol.