No hay manera. El fútbol no debería ser así y el lamentable, penoso y peloteril colectivo arbitral tampoco, pero sin personas o dirigentes de peso en tu club nadie te ayuda. De oca en oca y robo porque me toca, como el famoso juego infantil. González González, colegiado castellano leonés, no quiso ser menos que Iglesias Villanueva o Undiano Mallenco, y perjudicó gravemente al Málaga CF.
Dio validez al gol de Kameni en propia puerta, previa falta de Cheryshev pisando al camerunés, por lo que lo desequilibró lo suficiente para propiciar el error de éste. A partir de aquí el equipo de Javi Gracia, y el propio entrenador, se desquiciaron por culpa de un supuesto juez que, sin querer reconocer su grave error, empezó a mostrar tarjetas amarillas a los futbolistas costasoleños sin ton ni son.
Es lo que tiene pintar menos que el botones Sacarino en La Liga, en la Real Federación Española de Fútbol y en el Colegio de Árbitros. Al Thani, un presidente ausente y lejos del club que dice amar tanto, no ha sido capaz de articular una entidad que se dé a respetar entre los estamentos del fútbol español, de tal moco que para los árbitros es muy fácil perjudicar al Málaga CF, entre otras cosas porque sale gratis.
Como de paso el catarí errante se ha deshecho de todo aquél con nombre y peso en las instituciones deportivas españolas o europeas pues queda poco que hacer. Encima no se recurre ni una sola tarjeta amarilla porque los respectivos comités siempre tumban los recursos. Total, ridículo por partida doble: primero, sobre el césped con el trencilla de turno; y luego, en los comités.
En manos como estamos de un presidente a 10.000 kilómetros y un bufete de abogados sin mando en ninguna parte es difícil que alguien nos conceda aquello que no ganemos claramente en el campo. Como poco, en lo que va de temporada al Málaga CF le han hurtado diez puntos y así no es fácil cumplir los objetivos. Salvo que ésto siga así será difícil descender pero ojo a los resultados extraños de rivales directos por el objetivo y el hecho de haber sumado sólo dos puntos de doce posibles.
Dicho lo cual, con Atsu en el banquillo, que jugase Ricardo Horta nos lastró y la lesión de Duje Çop condicionó el rendimiento del equipo. En la segunda mitad Javi Gracia no supo leer el partido frente a Neville, curioso, ni templar a sus futbolistas para que se olvidasen del colegiado y siguiesen jugando al fútbol tan bien como lo habían hecho hasta el accidente del gol.
En definitiva, que si no se gana en La Coruña estaremos otra vez en problemas y nadie va a defendernos en ninguna parte, al menos desde la propia entidad.