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Como súbdito de la Corona en España, y juancarlista y monárquico parlamentario declarado, me permito esta licencia que roza la osadía y, si también se quiere el descaro, de escribirle estas líneas estimada Infanta Leonor. Desde que su señor padre, Su Alteza Real D. Felipe de Borbón, ha sido nombrado Rey de España, tras abdicar su abuelo D. Juan Carlos I de esa gran responsabilidad tras décadas de servicio a nuestro país, ostenta usted el título de Princesa de Asturias.
Es por ello que le ruego pueda intervenir para que las sesudas mentes "privilegiadas", que no han tenido a bien otorgarle a nuestro mejor piloto de motociclismo de la historia, Ángel Nieto, el premio al deporte que lleva su nombre. Nuestro campeonísimo no ha podido llegar a la meta en la última carrera de su vida, ha estado cerca de conseguirlo, pero las lesiones cerebrales de un fatal accidente le han provocado un fatal desenlace.
Pero Nieto, que fue el ejemplo y el futuro del motociclismo en nuestro país, también fue una excelente persona, cuestión que quienes fueron sus amigos o familiares destacan mucho más que su poderío indiscutible como piloto. Fue el nexo de unión entre la nada y el todo para pilotos como Ricardo Tormo, Cardu o Sito Pons. Ayudó a muchos deportistas españoles a confiar en lo imposible y a creer en las posibilidades que tenían, aunque con pocos medios, para competir en cada carrera del Mundial.
El aluvión de muestras de condolencias por su fallecimiento en nuestro país pero también fuera de nuestras fronteras han dejado claro que se nos ha ido un grande. Ya se Infanta Leonor que usted es aún muy joven para poder adoptar decisiones sin el concurso de otras personas y el consenso de la mayoría. Pero si me agradaría mucho que con sus dotes de Princesa pudiese convencer al jurado del Princesa de Asturias para que concediese el premio al deporte a título póstumo a D. ÁNGEL NIETO.
¡Descanse en paz!, tan insigne CAMPEÓN que tanto hizo vibrar a todos los aficionados al motociclismo en España y en el mundo, pero nunca encontró reconocimiento alguno por parte de los miembros del jurado del Princesa de Asturias.
Y disculpe de nuevo mi atrevimiento, Su Alteza Real Doña Leonor.