Es curioso, llevo más de dos décadas denunciando los agravios continuos que la Junta de Andalucía realiza en Málaga y su provincia. Sin embargo, hasta hace unas horas no había escuchado que dos políticos de conocida reputación afirmasen lo mismo. ¡Albricias!, al fin. Primero, Pomares, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga; y después, Mario Cortés, portavoz del Partido Popular en la Casa Consistorial, fueron claros como el agua.
Y es que, aunque a muchos de nuestros oyentes en MÁLAGA FM – RADIO MARCA, además de lectores de esta web que tan bien dirige César Suárez, les moleste que hablemos de política hay que seguir insistiendo que en esta materia la capital de la Costa del Sol y su provincia siguen siendo maltratadas permanentemente por los socialistas desde la Junta de Andalucía..
Cierto es que habría mil ejemplos: las Escuelas de Hostelería de La Cónsula en Churriana y La Fonda en Benalmádena, el decreto para evitar el extraordinario crecimiento urbanístico en los pueblos de nuestra provincia
para evitar una demografía mayor que la de Sevilla y sus pueblos, no permitir la ampliación de Puerto Marina, hacer lo propio con el planteamiento náutico y recreativo en Guadalmar… Así podríamos estar un día entero y nos faltarían páginas de la web para analizar los permanentes perjuicios del gobierno de nuestra Comunidad Autónoma a esta ciudad.
Pero el que se está llevando la palma es el de la Academia en Arraijanal. Lo he dicho una y mil veces pero ayer dos políticos malagueños alzaron la voz para repetir mis palabras: "¿AL SEVILLA Y AL BETIS LE HABRÍA HECHO
LO MISMO LA JUNTA QUE AL MÁLAGA?. No, es evidente por palmario que no. A ambos les construyó un mal llamado estadio olímpico para que, supuestamente, jugasen allí sus encuentros y pudiesen dar rienda suelta a proyectos urbanísticos recalificando los terrenos del Sánchez Pizjuan y del Benito Villamarín y, de paso, aliviar entonces sus sufridas economías.
Los "miarma" fueron incapaces de ponerse de acuerdo y todos los andaluces pagamos un cementerio de hormigón en forma de estadio que no se utiliza para lo que se ideó ni para casi nada. Al cuadro hispalense le permitieron recalificar los antiguos terrenos que poseía para su cantera y se les cedieron otros en Alcalá de Guadaira, lo que evitó su descenso de categoría y les permitió salir de una situación económica angustiosa.
Al Real Betis se le permitió exactamente lo mismo y se le cedió unos terrenos extraordinarios para su ciudad deportiva. Posteriormente se les acosó y vigiló exhaustivamente por culpa de su presidente Ruiz de Lopera.
Al Málaga lo están machacando por motivos políticos e incomprensibles desde hace años tanto desde Canal Sur televisión como desde la propia Junta. Con decir que aquella temporada en la que los blanquiazules se quedaron en Primera División y los clubes hispalenses en la categoría de plata, un consejero de la Junta dijo aquello de: "pues ahora Andalucía será la comunidad autónoma con más clubes en Segunda, lo que me enorgullece", está dicho todo.
Ya es hora de que los políticos malagueños alcen la voz contra el jacobinismo sevillano que tanto perjudica a Málaga y su provincia. Es el momento, y no porque vengan elecciones, de que nuestras instituciones se blinden contra este acoso permanente que sólo quiere evitar lo ya inevitable. Que Málaga es, y será en su conjunto, la joya de la corona en Andalucía y que, desgraciadamente, le pesará eternamente, como una losa si no reaccionamos los malagueños, haber tenido unos políticos cobardes y disciplinados a sus partidos, salvo Miguel Ángel Arredonda, del Partido Andalucista, en los primeros años de nuestra autonomía cuando debió ser la capital andaluza Antequera y no Sevilla.
Ese repliegue de la clase política malagueña de entonces, muchos de ellos sobre todo en el centro izquierda, ha evitado un crecimiento aún mayor de nuestra querida Málaga. De aquellos polvos, estos lodos.