Ya va quedando menos para salir de las etapas de montaña que en este inicio del calendario está teniendo el Málaga CF. En ninguna de ellas el equipo se ha roto o descolgado del pelotón, según se quiere hacer el símil con el deporte de los esforzados de la ruta.
La cruda realidad es que a los blanquiazules le falta gol pero no orden defensivo ni un buen posicionamiento sobre el terreno de juego. Incluso frente al Villarreal se entró más por las bandas y, aunque los centros al área no fueron acertadamente rematados, hubo más oportunidades de marcar.
Lo negativo sigue siendo la falta de fluidez en el juego y que la construcción desde el centro del campo es demasiado lenta y poco incisiva. La luz al final del túnel empieza a verse con futbolistas como Tighadouini, que aportan velocidad y desborde, aunque las más de las veces le sobre un regate.
El buen estado de forma de Duda es un milagro que honra al capitán malaguista y a su profesionalidad. Que Ricardo Horta no acabe de encontrarse no quiere decir que no se deje el alma. Charles lo intentó todo y peleó hasta la extenuación pese a su escasa fortuna en la suerte suprema del gol. Tissone se dejó el alma ante uno de los mejores centros del campo del fútbol español y pocas veces perdió el sitio…
En definitiva, el equipo sigue armándose y ahora, como último banco de pruebas antes de la Real Sociedad, toca el Bernabéu. Así que hay que seguir confiando en este equipo y en Javi Gracia. Cualquier otra cosa sería una aventura aún más arriesgada.
