@Pedromartinper | Zarpazo de Primera. Tres puntos que invitan al optimismo y que suscitan el miedo en los rivales más directos. El Málaga demostró fortaleza, seriedad y una calidad traducida en goles. Con esta victoria, el Málaga es matemáticamente equipo de Playoffs y alcanza así el tercer puesto. Por su parte, el Albacete cae un puesto y se sitúa en el cuarto lugar.
Con tres novedades respecto al último encuentro. Fede Ricca, Keidi Bare y Mamadoú Koné suplieron a los lesionados Juankar y Renato y a Mula, que no convenció a Víctor en la pasada jornada. Con respeto y tanteando al rival. Así comenzaron los blanquiazules en el Carlos Belmonte, donde Munir se situó casi en paralelo de los centrales para sacar el balón con más facilidad. Poco a poco, y con el paso de los minutos, parecía que el Albacete despertaba, aunque Eugeni y Bela, los puñales de este equipo, seguían desconectados.
Una bendita obra de arte. Cuando los locales apretaban a la línea zaguera, Ontiveros, en la primera jugada que pudo encarar a Tejero, volvió a repetir la misma obra de arte que sorprendió al mundo contra el Oviedo. Diagonal, derechazo teledirigido y balón a la escuadra de Tomeu Nadal. 0-1 en el 16’ que sentó como un jarro de agua helada a los locales, con doble presión por lo que pasaba también en el Mallorca-Granada. Hasta pasados quince minutos más, el Alba fue incapaz de reaccionar, y fue a través de Febas y Tejero cuando pudieron inquietar mínimamente al guardameta marroquí, que dio el susto al borde del descanso cuando se le escapó un balón que parecía blocado. A pesar de dicho error, el Málaga completó 45 minutos de mucho mérito.
A los dos minutos del comienzo de la segunda parte, primer contratiempo para los blanquiazules. Cifu, que sintió molestias en el primer tramo y aunque se probó en los primeros instantes, tuvo que abandonar el terreno de juego en sustitución de Iván Rodríguez, que contó con los primeros minutos brindados por Víctor. Acción reacción. Cuatro minutos después, en un contragolpe de libro comandado por Ontiveros, fue N`Diaye en acción individual el que conectó un zapatazo raso para anotar el segundo. Pero el fútbol es una caja de sorpresas. Con el partido prácticamente sentenciado, Blanco Leschuk cometió un fallo garrafal.
En una jugada en el centro del campo sin ningún tipo de peligro, Leschuk levantó la plantilla sin venir a cuento y vio la segunda amarilla. El Málaga, a remar con uno menos con más de treinta minutos por delante. Y vaya que si tenía que remar, y vaya que si tenía que sufrir. Una jugada después, Zozulya conectó un cabezazo en plancha espectacular para recortar distancias. El miedo se adentró en el cuerpo de los malaguistas.
Pero un salvador inesperado resucitó en el Belmonte. Bela, con todo para marcar y desde el área pequeña, conectó un disparo que parecía imposible para todos, menos para Munir, que salvó un gol cantado. Se trabó el juego, y los cambios se sucedían en ambos, lo que le benefició al Málaga, muy mermado físicamente tras la expulsión del tiburón. Aun así, la batalla continuó y se prolongó hasta el 97’ con los siete minutos de añadido del colegiado, pero, y a pesar de un sufrimiento inmenso, los de Víctor consiguieron sumar tres puntos de oro para arrebatarle el tercer puesto al Albacete.