@JuanjeFernandez || Hoy no fue un día cualquiera para la afición malaguista. Weligton, eterno capitán blanquiazul después de diez temporada en el club, decía adiós al fútbol profesional y al Málaga. El defensa brasileño estuvo acompañado en el acto por toda su familia, especialmente por su mujer y sus hijas, a las que hizo subir al atril. "Ha llegado el momento que nadie pensaba que me iba a llegar. Los años pasan volando y te depara un final de carrera que afortunadamente que ha sido victoriosa. Mis padres son los principales responsables por el día de hoy. Lo dieron todo para poder educarme para que fuese un hombre digno, honrado… Pasaron hambre pero no dejaron que me faltara nada. Seguramente estarán felices por verme triunfar. Mi mujer e hijas siempre estuvieron a mi lado en los momentos buenos y en los malos. Siempre dijeron que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Es real. Ella dejó su vida, su carrera para vivir mi vida y mis sueños. Hemos pasado por muchos momentos difíciles, siempre ha estado a mi lado, apoyándome. Gracias mi amor por todo. A partir de hoy quiero vivir los sueños junto a ti y mis hijas", afirmaba el veterano jugador que no pudo evitar las lágrimas.
El jefe del vestuario prosiguió con su discurso, aunque de vez en cuando tenía que parar para poder recuperar la compostura: "Nací en un pueblo, en una granja y ha sido difícil poder triunfar. Fueron muchas las dificultades pero me sirvieron para valorar el día a día y lo que he conquistado. Nunca imaginé que podría ser un jugador profesional y poder haber llegado donde llegué. No jugué con ninguna selección, ni haber logrado un título pero me siento vencedor por haber conquistado muchas cosas. He competido con grandes jugadores, compartir vestuario con Martín Demichelis, que ha sido uno de los grandes. Compartir profesión con quienes veía por la tele… Agradecer a todos los clubes por donde pasé. A todos los que me ayudaron en mi carrera, desde el día que llegué. Mi intención no era venir a Málaga y si salir de Suiza. Cuando me dieron esa oportunidad ni siquiera mire el club ni la ciudad. Cuando aterricé a esta ciudad no sé por qué algo me dijo que era mi casa. Pasaron 10 años de muchas alegrías y triunfos, creo que he crecido de las manos del club, juntos en este crecimiento. Espero que el club no pare aquí. Lo merece la ciudad y el club", señalaba con felicidad el jugador.
El 'abuelo', como si le llaman cariñosamente en su país, terminó dando las gracias al club, compañeros y cuerpo técnico que no quisieron perderse la cita. "Agradecer a todos los trabajadores que me aguantaron; a los periodistas que también me sirvieron para seguir creciendo. Críticas constructivas que permiten crecer como ser humano. Dar las gracias a los cuerpos técnicos y al equipo médico. A los pichitas. Pedir disculpas por si en algún momento he dicho o he hecho algo que pudieseis haceros sentir molestos… agradecer al presidente Al-Thani por haber hecho un Málaga grande. A Arnau, a vosotros (compañeros), a los jugadores porque gracias a vosotros se hace en día a día más grande.Ha sido una experiencia inolvidable. Lo pasé muy mal pero gracias. Desear que pongáis al club en lo más alto", sin olvidar a la afición de Martiricos. "Y a la afición… que siempre me dio cariño, los quiero muchísimo y que nuestras vidas se cruzarán en el camino más adelante. No sé cuando, pero volveré a la que siempre será mi casa".
