@Pedromartinper | Cortar y crear. Las dos funciones más importantes de todo centrocampista. Pero solo ciertos clubes poseen jugadores con dichas virtudes. El Málaga, por ejemplo, carece de hombres creativos y los pocos que tienen, Pacheco y Juanpi, no están ni de cerca a su máximo nivel.
Aunque si hablamos de nivel en la medular, algunos ni siquiera lo dan, como Benkhemassa, Boulahroud y Rolón. Por ello, es una de las parcelas que más flaquea en el conjunto blanquiazul. Eso sí, algunos miembros como Keidi Bare o Adrián son líderes absoluto en este equipo.
Rolón (0): Aún duele pensar que se pagaron más de 3 millones por un presunto jugador capacitado para la Primera División. Su real nivel, de Tercera. Víctor le dio una oportunidad y le bastó para ver sus nefastas condiciones. Solo resta.
Boulahroud (3): De mal en peor. Le pesa la presión del equipo y su contexto clasificatorio cada vez que tiene el balón en los pies. Otra ficha profesional inmerecida.
Keidi (7): Coraje, pundonor e intensidad. La aportación del albanés es fundamental para el Málaga. Sin él, la defensa multiplica sus tareas. Más jugadores como él harían falta.
Adrian (6): No está en su plenitud, pero es el capitán y líder del equipo. Comprometido como el que más a la causa malaguista, aunque puede dar mucho más.
Benkhemassa (4): No sólo sirve la intensidad en el fútbol. Criterio y calidad también son importantes, y él no tiene ninguna de ambas. Eso sí, agresividad tiene para dar y regalar.
Juanpi (3): Su nombre habla más que su nivel. Mucha calidad, poca hambre. Es banquillo porque él quiere. Con sangre e intensidad sería el mejor del equipo.
Pacheco (6): Creciendo con el paso de las semanas. La claridad y magia para filtrar balones beneficia a los delanteros. Las lesiones le privan de mantener una regularidad, pero cuando está sobre el césped, el Málaga lo nota para bien.
