@JuanjeFernandez || La jornada 26 significó el fin de la racha del Málaga CF de nueve partidos consecutivos sin perder. Un paso atrás no solo en el apartado de encuentros invictos, donde la racha era algo engañosa tras muchos empates y pocas victorias. El equipo estuvo muy por debajo de su nivel y recordó a aquel de las primeras jornadas de la competición en los peores momentos de Víctor Sánchez del Amo en el plano deportivo. Los blanquiazules no estuvieron bien en defensa, concediendo muchas ocasiones a la delantera del Elche, que por suerte para los boquerones no tuvo ni mucho menos su día en la definición. Tampoco hubo transiciones rápidas salvo los primeros minutos de partido, algo que era el sello del nuevo entrenador. Para colmo, el partido fue definitivo para ver que por muchas oportunidades que se le den a algunos jugadores, estos no van a reaccionar.
El Málaga no defendió en el Martínez Valero. El Elche no tuvo la bola más que los de Martiricos pero la supo mover mucho mejor para triplicar a los de Pellicer en disparos a puerta. Munir, que está vez estuvo mejor, salvó dos goles más de los que ya encajó. La lesión de Juankar y el hecho de no tener un defensa de recambio, error muy grave del técnico de Castellón, acabó hundiendo al equipo. Sin Luis Muñoz en el centro del campo, la zona medular se acabó convirtiendo en una autopista con las barreras del peaje levantadas por las que los ilicitanos camparon a sus anchas. Nada qué ver con las primeras tres jornadas de Pellicer, donde solo los errores individuales habían roto el sentido defensivo colectivo.
El estilo duró muy poco. Diez minutos de Rock and Roll y ochenta de nana. El Málaga no fue capaz de encontrarse después del inicio del partido y el Elche impuso su juego, su ritmo y su velocidad para no dejar que los malaguistas pasasen de la zona 1 a la 3 como le gusta a Pellicer, con fluidez. Volvieron los pases horizontales y hacía atrás, una señal de un equipo sin ideas y agobiado por el trabajo de los de Pacheta. Un paso atrás grande después del choque de la semana pasada ante la Ponferradina, donde se vio al Málaga más incisivo del curso.
Por último, hubo jugadores que al margen del paso atrás colectivo decidieron inmolarse de nuevo. Juanpi y Pacheco no están, y lo que es peor, parece que no se les espera. El venezolano perdió la friolera de 16 balones, algunos de ellos fruto de la falta de tensión y actitud. Pacheco no se quedó atrás. El de Pizarra, que jugó 62 minutos solamente, casi iguala a su compañero del centro del campo y se quedó en 14. Dos ejemplos claros de jugadores que tendrían ser diferenciales en la categoría y que sin embargo están a un nivel de Segunda B. Adrián, Cifu o Sadiku tampoco estuvieron bien completando la receta de una derrota segura.
