@CesarRadioMARCA | Se presentó el Málaga en Getafe con la asignatura pendiente de mejorar su acierto rematador y se terminó marchando suspendiendo todas las asignaturas futbolísticas porque ni creó ocasiones ni tampoco mantuvo el equilibrio defensivo del que hizo gala ante el Barcelona.
Posiblemente, ese esfuerzo ante los azulgrana les pasó factura a los de Gracia. Y eso a pesar de los cuatro cambios que introdujo en el once. Pero no se puede entender de otro modo el bajo nivel de hombres como Camacho, Darder, Amrabat o Sergio Sánchez. Porque el Getafe, un conjunto con muchas lagunas, campó a sus anchas por el Coliseum.
Todo comenzó en el minuto 23 cuando Sergio Sánchez falló lo infallable tras rematar solo a la salida de un córner. Se quedó 30 segundos lamentando el error el central mientras el juego continuaba, con un Getafe montando un rápido ataque, con Yoda recibiendo dentro del área y dando con toda la tranquilidad del mundo el pase de la muerte a Míchel para que batiese por el centro a Kameni.
Desde ahí, el Getafe se limitó a ceder la pelota a un Málaga demasiado previsible, sin ideas en el centro del campo, con una inoperancia brutal en la mediapunta y con un Santa Cruz demasiado estático. Intentó dar aire fresco Gracia con dos cambios tras el descanso pero ni Juanmi ni Duda aportaron lo que se esperaba. Se esforzaron todos, sí, pero no dieron una a derechas. Y eso que enfrente no estaban ni el Barça ni el Athletic sino un equipo muy limitado que supo aprovechar al máximo sus pocas ocasiones.
No se puede destacar ni una sola jugada ofensiva de los malaguistas en la segunda parte. Y para colmo de males, Weligton terminó expulsado por una doble amarilla que le hará perderse el próximo encuentro liguero.
Después de seis jornadas, urge ganar. Ya no valen las buenas sensaciones de los primeros encuentros. Se trata de sumar puntos como sea y el teóricamente mal Getafe ya ha alcanzado al teóricamente buen Málaga. Es lo que tiene jugar el peor partido de la temporada.