@SuarezRMarca | Richard Shaheen es el nuevo director general del Málaga, el nuevo mesías para Abdullah Bin Nasser Al Thani. El gestor estadounidense ha sido el último elegido para salvar al club de La Rosaleda, para liderar la reestructuración y convencer a LaLiga de las bondades del plan de viabilidad y del proyecto de Al Thani.
Pero este guión ya lo hemos visto muchas veces en el club. El de un nuevo profesional que llega para resolver todos los problemas y conflictos de la entidad, para encontrar las soluciones que sus antecesores, que siempre acaban siendo acusados de haber engañado al jeque, no han sido capaces de poner en marcha.
Desde la llegada de Al Thani tras comprar las acciones de Fernando Sanz han sido muchos los nombres que han pasado por las oficinas, ya sea como directores generales oficiales u oficiosos, consejeros consultivos ejecutivos, mánagers generales o asesores con altas pretensiones.
El primer nombre fue el de una mujer: Yasmine Al Saoud. La hija del intermediario que hizo posible la compra venta del club fue la elegida por el Sheikh para hacer de directora general. Fue nombrada el 28 de julio de 2010 y sólo duró un mes y un día, puesto que el 29 de agosto fue destituida. Su mala relación con Abdullah Ghubn, vicepresidente, a quien tenía que rendir cuentas, fue el detonante de su adiós.
Tan solo un día después se presentó a José María Fernández Mochón como director general, un cargo que ya había tenido un par de años antes con Fernando Sanz como presidente. El propio Sanz, que acordó con Al Thani mantener un estatus ejecutivo, también diría adiós después de ser ninguneado en varias ocasiones tanto por el jeque como por Ghubn. El caso es que Mochón no duró demasiado. Seis meses después de su nombramiento, los elogios que Ghubn vertió sobre él en su presentación se convirtieron en cuchillos a una salida que se formalizó el 17 de marzo de 2011.
Desde esa fecha fue José Carlos Pérez, miembro del Consejo Consultivo, quien ocupó ese rol hasta su fallecimiento el 9 de febrero de 2012. Medio año después se acometió una reestructuración en el organigrama directivo en el que, el 5 de septiembre de 2012, se hizo oficial el ascenso de Vicente Casado desde su puesto de director de márketing y desarrollo al de director general, Casado vivió la transición del cambio de poder entre Ghubn y Moayad Shatat, así como la llegada de un amigo como Fernando Ruiz Hierro para ocupar la posición de manager general.
Caído en desgracia tras no hacer caso de la orden de Al Thani de despedir a casi todos sus altos ejecutivos, Casado fue destituido de malas maneras el 29 de noviembre de 2015 por Pedro González Segura, un abogado que llegó pocas semanas antes recomendado por Vicente Valcarce y por la tuitera viguesa Beli Álvarez para encontrar pruebas de los supuestos engaños que habían cometido contra Al Thani, y que soñaba con ser el nuevo hombre fuerte del club. Nada más lejos de la realidad, en mayo de 2016 ya estaba más fuera que dentro y nunca se supo más de él.
Por aquel entonces ya había aparecido como nuevo asesor directo del dirigente catarí Carlos Pérez, más conocido por Coki y por ser hijo del fallecido José Carlos Pérez. En poco tiempo, después de haber intercambiado varios mensajes vía twitter, se convirtió en la mano derecha de Al Thani, en un rol similar al que tuvo su padre. Pero Coki vio venir multitud de problemas y en cuanto se hizo un nombre en el mundillo lo aprovechó para aceptar una oferta de LaLiga y marcharse a New York el 18 de enero de 2017.
No quedaba prácticamente ningún alto ejecutivo en el club, así que ese espacio fue ocupado por Joaquín Jofre, jefe de los servicios jurídicos, que ejerció como director general oficioso desde ese instante hasta que Richard Shaheen, con el consentimiento de Al Thani, lo despidió el pasado 22 de octubre, si bien desde el verano ya había sido relegado de sus funciones en la dirección general.
Ahora, Shaheen, que también es apoderado del Málaga, ocupará un puesto en el que el sillón parece calentar más que el trono de hierro.
