@SuarezRMarca | Tercero contra quinto, un sólo punto de diferencia, los dos equipos más regulares de la temporada, siempre en ascenso o playoff, y ciertas heridas abiertas tras lo acontecido en la primera vuelta en Riazor con aquella polémica por la expulsión de Quique González al intentar una chilena e impactar en Luis Hernández. Si no es una final este Málaga-Deportivo, que no lo es porque aún quedarán 15 jornadas más, se le parece mucho.
Como los estilos que propugnan Muñiz y Natxo González. Discutidos entre sus aficiones por ser tildados de “muy defensivos”, los números dan la razón a ambos técnicos. El debate entre lo aburrido y lo estético, lo práctico y lo bonito, está a la orden del día en Málaga y en La Coruña.
Sabedores de ello y de que La Rosaleda no está respondiendo como se esperaba, llevan toda la semana desde el club andaluz intentando promocionar el choque, acercarse a sus seguidores, animarles a generar un ambiente como el de las mejores galas porque el premio de dejar a 4 a un rival directo es demasiado goloso para dejarlo escapar. Lo saben también en el Dépor, que andan mejor ahora a domicilio como demostraron en Granada, y que no quieren ni pensar en desaprovechar una ocasión para hacer pupa de verdad a los boquerones.
