@SuarezRMarca | Sergio Sánchez vivió una relación de amor-odio con la afición del Málaga. Le tocó vivir en la mejor época de la historia del club y logró jugar con regularidad, incluso sacrificándose en posiciones que no eran la suya, como cuando tuvo que ejercer de lateral izquierdo en San Siro. Pero también le tocó ser el centro de miradas con errores graves que hicieron que la grada le silbara en más de una ocasión y que le hicieron decir públicamente que él era central y no lateral derecho, posición para la que se le fichó en su día.
El de Mataró, que no llegó a un acuerdo para renovar su contrato, se marchó al Rubin Kazán y de ahí volvió al Espanyol. Ha estado a punto de regresar en dos ocasiones, el pasado enero y este verano, pero se quedó en nada. Ahora vuelve a La Rosaleda vistiendo la camiseta de un rival directo por el ascenso como el Cádiz. "Es una final más ante un equipo que nos lo pondrá muy difícil porque posiblemente son la mejor plantilla. Es un partido bonito para los futbolistas, y para mí especial, porque me he sentido muy querido en Málaga, todo los que tengo es agradecimiento, pero hoy siento Cádiz como mío”, ha explicado.
Para Sergio, asentado en la titularidad, los gaditanos son incluso un poco más favoritos por la buena racha de siete victorias consecutivas que acumulan. "Este grupo siempre lo ha tenido muy claro porque es muy fuerte. Cada jugador ha puesto el máximo al servicio del equipo para llegar a esta situación. Hay potencial para hacer cosas importantes. Todos defendemos mejor, es injusto pensar sólo en uno, todo es colectivo, tanto las victorias como las derrotas”.
De ahí que piense que, sin despegar los pies del suelo, la ambición ha de ser ilimitada. "En la vida hay que caminar siendo realistas y optimistas. Para hacer algo hay que creerlo primero. Hay que ir a ganar todos los partidos por convicción siendo nosotros, como dice el entrenador".
