@SuarezRMarca | Hace no mucho tiempo, aunque parezca una eternidad, el Málaga paseaba con orgullo su escudo por la Champions mientras el resto de equipos andaluces, sobre todo el Sevilla y el Real Betis, ansiaban ocupar ese lugar que, históricamente, siempre les había correspondido. Hoy en día, con unos asentados en la élite europea y otros en vías de recuperar su esencia, es el conjunto malacitano el que sufre en la sombra por encontrar la luz.
Esa claridad que se asomó durante la última media hora el choque ante el Athletic de Bilbao es la que quiere ver de nuevo Míchel reflejada en los rostros de sus jugadores. Porque sin ella, sin alegría, sin desparpajo, sin convicción, será imposible que el Málaga acabe con su crisis. Con seis jornadas en la espalda y ninguna victoria, la mochila pesa mucho. Demasiado para que tenga que recaer sólo en Diego Rolan, la gran esperanza de los blanquiazules.
Su aparición, recordando al bueno de Sandro, ha devuelto la ilusión perdida al malaguismo. Pero si Adrián, Juanpi o Recio no vuelven pronto a su nivel, díficilmente podrá brillar el uruguayo. Y de igual forma, si Luis Hernández no regresa pronto a liderar la zaga como la pasada campaña, la defensa seguirá haciendo aguas a pesar del buen nivel de Roberto.
Enfrente no está precisamente el mejor equipo para salir adelante. En su estadio, que recibirá de uñas a su segundo máximo rival, Berizzo no quiere sorpresas. El argentino aún sigue amoldando su estilo a un grupo brillante de futbolistas, que aún no han entendido la política de rotaciones del técnico. Pero como equipo grande que es, gana sin jugar bien. Y aunque sea con pequeños detalles que algunos achacan a la suerte, la realidad es que el calificativo que se busca es calidad ofensiva. Ya jueguen Muriel o Ben Yedder, Nolito o Correa, N'Zonzi o Pizarro, Banega o el Mudo Vázquez, la realidad es que el Sevilla dispone de recursos suficientes para ganar a cualquiera.
Habrá que ver si lo demuestran sobre el terreno de juego o si, por el contrario, es el Málaga el que renace cual Ave Fénix para matar dos pájaros de un tiro: lograr su primera victoria en LaLiga al tiempo que acaba con la buena racha de su eterno enemigo.
