@Pedromartinper || El Málaga cierra el 2017 con los peores números en la historia del club. Tan solo tres victorias en 17 partidos. Por ello, muy pocos jugadores se salvan en una primera parte de la temporada nefasta para el conjunto de la Costa del Sol. Recio y las últimas actuaciones de Adrián han servido para que ambos jugadores aprueben el examen más difícil, el reconocimiento de la afición. Pero, sin duda, el que ha sacado mayor nota en dicha prueba es, por desgracia para los intereses malaguistas, Roberto Jiménez.
El guardameta madrileño aterrizó a Málaga a petición de Míchel, que ya lo tuvo a sus órdenes en su etapa por tierras griegas. Además, vino para hacer olvidar a Kameni, que se ganó el cariño de los aficionados en sus seis temporadas defendiendo la portería malacitana. En apenas seis meses, Roberto ya ha logrado convencer a los seguidores, los mismos que el pasado jueves lo aclamaban en un ambiente de protestas hacia Míchel y la directiva.
Es verdad que las actuaciones de un portero no ganan partidos, pero sí que salvan a un equipo de la derrota o, al menos, evitar el máximo número de goles. Y esto último es lo que hace semana tras semana el guardameta de 31 años de edad. A pesar de que el Málaga es el tercer equipo de Laliga con más goles encajados, Roberto ha sido capaz de evitar goleadas con paradas espectaculares. Cristiano, Griezmann, Iago Aspas o William José, entre otros, han sufrido las paradas del muro malaguista. Un 2017 que le ha servido para que los aficionados lo bauticen como San Roberto.