@SuarezRMarca | Hubo un día en el que un entrenador, Míchel, dijo aquello de que quería once Riccas en su equipo. Veía tal implicación, tal dedicación, tan amor propio que tenía al uruguayo en un pedestal. Cuando eso ocurre con todos los entrenadores que lo han dirigido es que algo especial tiene que tener ese jugador. Tanto como para que Muñiz le nombrase capitán del Málaga este verano. Y apenas lo había visto, pero fue suficiente.
Hoy, Fede Ricca tiene una oferta encima de la mesa del Girona. El conjunto catalán lleva varias semanas peinando el mercado de laterales izquierdos tras haberse quedado sin su gran apuesta para esa posición, un Johan Mojica que se rompió en octubre el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Casi cerrada la puerta de jugadores de Primera porque los equipos difícilmente reforzarán a un rival directo, Quique Cárcel miró hacia Segunda, un mercado supuestamente más asequible, donde ha encontrado al jugador del Málaga.
Sin embargo, el director deportivo del club gerundense se ha encontrado con dos murallas para llevar a buen puerto la operación. La primera, el Málaga, que lejos de querer perder potencial, también necesita algún refuerzo en ese flanco izquierdo de la zaga por la grave lesión de Juankar, quien también sufre la misma dolencia que Mojica. Pero la segunda es la más decisiva de todas, pues es el propio Ricca el que no quiere marcharse.
El uruguayo tiene en su contrato la misma cláusula que utilizaron Jony y Michael Santos para salir cedidos este verano: si hay un club que paga su ficha íntegra, el Málaga está obligado a cederlo. Pero Ricca no quiso utilizar esa opción en verano y ni mucho menos la va a ejecutar en plena temporada. Está muy agradecido al club de La Rosaleda por apostar por él con tan solo 21 años y siendo un desconocido en Europa, y también con Muñiz por haberlo nombrado capitán. Esa responsabilidad le ha hecho todavía estar más implicado si cabe en el proyecto blanquiazul, donde es un pilar básico tanto dentro del terreno de juego como fuera del mismo.
Ricca ha dicho a sus representantes que está muy a gusto en el Málaga y que ahora mismo no se plantea salir bajo ningún concepto. No es una cuestión económica sino de implicación, de no querer dejar al equipo en la categoría de plata, de pretender conseguir el ascenso. Otra cosa será si se sube a Primera y llega una oferta irrechazable. Tiene contrato hasta junio de 2020 y lo mismo, como en otras ocasiones ha pasado, es el propio club el que se ve obligado a traspasarlo, pero si por Ricca fuera se quedaría toda su carrera deportiva en la entidad malacitana.