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PEÑARANDA, ¿PARA QUÉ VINISTE?

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Peñaranda regateando contra la Real Sociedad || laliga.es

@Carloshernando_ | Sacrificar a Weligton fue su coste. El brasileño se convirtió en el mártir para el malaguismo al ceder su ficha a Peñaranda en un momento donde la zaga blanquiazul era la pantomima de Primera División.

 

Sin embargo, su llegada tenía otros objetivos: suplir la lesión de Charles y la marcha de En-Nesyri a la Copa de África (ambos le han pasado por la derecha e izquierda varias veces). Estos retos convertían al venezolano en una de las esperanzas ofensivas para el Málaga, en cuyos sueños estaba recuperar el rendimiento que mostró en el Granada y que despertó el interés de varios equipos europeos, incluido el club de Martiricos en su momento.

 

Su aterrizaje desde el Udinese italiano no fue el soñado. En el equipo bianconero acumuló 156 minutos en seis partidos, solo uno de ellos como titular sin anotar un solo gol. Son cifras claras que responden al mal rendimiento y estado de forma del jugador vinotinto, que no celebra un tanto desde hace nada menos que once meses en el empate contra el Athletic. Ya ha llovido.

 

Como saben muchos aficionados, el Málaga es famoso por revivir equipos  rivales(ya lo vimos contra un Betis que enlazó seis partidos sin conocer la victoria), pero ahora es el turno de que Peñaranda vuelva a la acción. El malaguismo se pregunta para qué vino y por qué no entra en las convocatorias del primer equipo o al menos en las sustituciones.

 

Si atendemos a su trayectoria en La Costa del Sol, su inició ya comenzó torcido al no llegar su tránsfer para Balaídos. Debutó en casa contra la Real Sociedad (quién sabe si lo hubiese hecho de no ser por la lesión de Sandro) y  se estrenó en el once en el Bernabeu. Partidos para olvidar, sobre todo contra los vascos. A partir de aquí, no se sabe más de Peñaranda sobre un rectángulo de juego y parece que aun menos cuando se recupere Sandro, relegando al ex nazarí a la quinta plaza por detrás  del propio canterano del Barça, En-Nesyri, Charles y Santos.

 

No suficiente con todo esto, la cesión del venezolano es ampliable a un año y medio. Es decir, se confía (o se confiaba) en él para la próxima temporada, en un jugador que no disputa un minuto desde el 21 de enero y que tiene como difícil reto hacer olvidar a Sandro y Charles, ambos con pocas probabilidades de seguir el próximo año.

 

Mientras tanto, la afición sigue preguntándose: “¿Para qué vino Peñaranda?”.

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