@Danielnz97 || Play-off o play-on. Mantenerse una jornada más, como durante toda la temporada, o salir por primera vez. La Tacita de Plata, escenario de una rivalidad histórica y de una lucha que puede dejar a uno de los dos equipos andaluces sin posibilidad de alargar hasta el mes de junio. Ganar, perder o firmar un pacto amistoso entre dos implicados por subir a Primera. Cambiará mucho el guion si ambos se vuelven a ver. Ninguno quiso quedarse a cero y ambos se fueron con un punto hacia casa. Suficiente o insuficiente, cuestión de perspectiva. Cuestión, quizás, de más o menos ambición. Pocas ocasiones en una partida de ajedrez en la que, con o sin símil, se acabó en tablas.
Machís, que bien podría haber jugado este partido con la camiseta del Málaga CF, arrancó en el primer minuto. Primer acelerón casi desde su Venezuela natal y falta al borde del área. Un tal Aketxe, que no le pega nada mal, encendió por primera vez la alerta amarilla. Presionaba arriba el Cádiz. Posicional y sin mucha intensidad. Para cerrar la salida de balón de Keidi Bare, a veces (o casi siempre) muy solo. Evitaron los gaditanos que el albanés pudiese disfrutar como en Santo Domingo. Y no fue en una de esas indolentes e insulsas posesiones iniciadas por Pau, Lombán o Munir cuando llegó el tanto de los visitantes, sino en una contra vertical y rápida. Cinco atacantes contra tres defensores. Un disparo de Renato que Cifuentes despejó en forma de regalo, aunque sin lazo, a N’Diaye, que solo tuvo que rematar a placer para poner el 0-1 en el marcador.
De la amarilla de Leschuk en el minuto 17 a la de Keidi en el 22. La última, por una falta en la frontal. Aketxe disparó antes desde su lado menos bueno. Ahora, oportunidad de hacerlo desde el lado contrario. No falló el bilbaíno, que hizo inútil la estirada de Munir. Efectividad la de los equipos para poner un empate justo. Batalla táctica -como hasta el momento- sobre el verde, con un planteamiento inteligente y muy estudiado por parte de Cervera. Adrián y N’Diaye continuaron en la misma línea, sin socorrer a Keidi y casi siempre en el medio campo de los gaditanos. Garrido barrió a Ontiveros en uno de los pocos balones que pudo coger con el cuerpo orientado hacia el área rival y se llevó otra cartulina en un sinfín de tarjetas. Lombán, que se perderá el encuentro frente al Oviedo, fue el siguiente. Una nueva oportunidad de los locales, que bien pudo convertirse en el de la remontada, cerró la primera mitad, en la que el colegiado Gorostegui Férnandez-Ortega pitó el final antes de que se cumpliera el 45’.
Conservadores ambos conjuntos al comienzo de la segunda mitad. Como si de la primera parte se tratara. Como si no se hubiesen cambiado de campo. Tampoco variaron las intenciones de unos y otros. Al menos en los compases iniciales. Poco ritmo y muchas intervenciones del árbitro, que expulsó al delegado malaguista, Josemi, por protestar y anuló un gol ilegal a Jairo en el 49'. Álex Fernández entró para tratar de darle un poco de calidad al juego. Jovanovic -con 46 minutos de recorrido hasta el momento- rozó el segundo en la primera que tuvo. Recibió dentro del área tras sustituir a Barco y envió el balón arriba cuando ya se cantaba el gol en el Carranza, que registró su mejor entrada del curso (14.320). Llegó en el 71’ el primer disparo a puerta tras casi media hora. Adrián le hizo trabajar un poco a Cifuentes. Keidi, que mereció ver la segunda amarilla, fue sustituido por Boulahroud, sin jugar desde noviembre. Su participación, como a lo largo de la temporada, fue escasa. El miedo a perder convirtió el final del partido en mero trámite y en un pacto de no agresión.
CÁDIZ: Cifuentes; Correa, Sergio Sánchez, Kecojevic, Matos; Garrido, José Mari (Álex, min. 61'); Aketxe, Jairo (Lekic, min. 84'), Machis y Mario Barco (Jovanovic, min. 65')
Málaga: Munir; Cifu, Lombán, Pau, Diego González; Keidi (Boulahroud, min. 74'), N'Diaye, Adrián; Renato Santos (Hicham, min. 78'), Ontiveros, Blanco Leschuk.