@SuarezRMarca | Entró a última hora en la convocatoria, pero fue el primero en el que pensó Muñiz para intentar solucionar la ausencia total de fútbol ofensivo del Málaga. Y con su fútbol y su afortunado gol, Dani Pacheco fue el salvador del equipo. Corría el minuto 72 cuando el pizarreño recogió un balón en el balcón del área y disparó con el alma. El remate, para ser sinceros, iba al córner, pero la pizca de fortuna que siempre es necesaria en momentos complicados hizo que el disparo rebotase en Abraham, cambiase su trayectoria y terminase besando las mallas. Es su primer tanto como blanquiazul y vale un triunfo de oro.
Una victoria que no llegó por el buen juego del Málaga. Más bien, todo lo contrario. Durante la primera parte, los de Muñiz tuvieron más posesión, pero esta fue ineficaz porque la mayoría de ella se basó en toques en zona no peligrosa y no se contabilizó ni un solo remate a puerta. De hecho, fueron los locales, uno de los conjuntos más goleados de la categoría, los que pusieron a prueba una y otra vez a Kieszek. Así fue desde la primera acción, donde Pipa volvió loco a Ricca y a Ontiveros. Sus subidas en banda y su velocidad hicieron estragos y sólo el mal remate de Luis Suárez impidió que el Nàstic inaugurara el marcador. Lo siguió intentando el carrilero una y otra vez, pero unas veces Abraham y otras el meta polaco impidieron el gol.
En la segunda parte, no cambió demasiado el guión. Se esperaba un Málaga más ofensivo pero no terminaba de llegar. A Alejo no lo encontraba nadie, Ontiveros mostraba su desgaste, Blanco Leschuk no ganaba una por el aire y a Harper ni está ni se le espera. El binomio Erik Morán-Adrián tampoco funcionó. Así que las soluciones tenían que llegar desde el banquillo. Y fue cuando Muñiz se acordó de Pacheco. El pizarreño le dio otro aire al equipo desde la izquierda y se encontró con ese tanto que antes bien pudo haber firmado Blanco. El argentino esperó en el área para revolverse y soltar un latigazo que dejó temblando el larguero. Luego le anularían un gol por ayudarse con la mano en el control. Pero por suerte valdría el tanto de Pacheco, salvador donde los haya.
El Nàstic, mientras, introducía a más delanteros, con Uche y Sadik, pero sus intentos morían en el área malaguista. Sufrieron los visitantes, que terminaron con Lombán para despejar balones aéreos y que terminaron llevándose un triunfo que sirve para recortar distancias con Osasuna y para superar al Deportivo y mantener diferencias con el Albacete. Que este árbol no impida que sea un bosque que demuestra que este Málaga aún anda muy lejos de su mejor versión.