OTRO FRACASO ANTE EL GOL DEL PEOR ATAQUE DE EUROPA (2-0)

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Hernán Pérez celebra uno de los dos goles que ha marcado el Espanyol || lfp.es

@SuarezRMarca | Voy a decirlo sin tapujos. El Málaga es el peor ataque de Europa. Y ni siquiera jugando contra la peor defensa de España es capaz de marcar un gol. Si encima su lateral izquierdo se olvida de defender, pues pasa lo que pasa. Dos remates de Hernán Pérez, sin apenas oposición, dos goles del Espanyol y tres puntos para el saco. 

 

Cierto es que los de Javi Gracia -ultimátum ante el Granada- generaron, esta vez sí, ocasiones de peligro como para haber estrenado su casillero de goles a favor a domicilio. Pero por dos veces Pau López y en otras dos oportunidades el palo, una de Charles y otra de Horta, le negaron el premio. 

 

El técnico lo intentó de todas las maneras posibles. Señaló en el descanso a Boka por su falta de disciplina defensiva e hizo debutar a Ontiveros, bajando Juankar al lateral. El joven canterano se vio superado por las circunstancias y apenas entró en juego. Luego lo probó con Horta y Tighadouini, pero tampoco hubo forma. Amrabat, hasta que fue sustituido, lo corrió y lo intentó, pero, como Charles, sigue negado ante el gol. 

 

Y es que son ya diez partidos de doce posibles los que lleva el Málaga sin anotar un solo gol. A domicilio, ninguno. Y así es imposible salir del atolladero en el que se encuentra un equipo que se la juega ante el Granada la próxima jornada. 

 

FICHA

 

ESPANYOL: Pau; Javi López, Álvaro, Roco, Fuentes (Duarte 46’); Diop, Víctor Sánchez; Hernán Pérez, Asensio (Gerard Moreno 86'), Víctor Álvarez (Burgui 72'); Caicedo.

 

MÁLAGA: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton, Boka (Ontiveros 46’); Tissone, Fornals; Duda (Horta 65’), Juankar; Amrabat (Tighadouini 77') y Charles.

 

GOLES

1-0, minuto 5: Hernán Pérez gana la espalda a Boka, rompe a Weligton y aunque la toca Kameni, el disparo con la izquierda besa las mallas.

 

2-0, minuto 20: Hernán Pérez, sólo en el segundo palo tras un nuevo fallo de marca de Boka, bate a Kameni, que también la toca pero no la despeja.