@CesarRadioMARCA | Una de las claves de la extraordinaria temporada que está protagonizando el Málaga tiene que ver con la buena salud en el vestuario, donde los veteranos se han adaptado al hambre juvenil de los canteranos y la mezcla ha dado como resultado un cóctel de un sabor muy dulce.
Sin embargo, hay un lunar en esa relación. Un jugador que no se ha adaptado y que no aguanta su suplencia. Vino con el cartel de figura del Mundial y su estrella no es que se haya apagado, es que nunca ha podido brillar porque un compañero es el que ha deslumbrado con sus actuaciones.
Es el caso de Guillermo Ochoa. El mexicano no lleva nada bien el banquillo. Y la ha pagado desde el principio con Kameni, que tuvo que reconocer después de varios desmentidos que el Memo no le dirigía la palabra desde la segunda jornada.
Desde entonces, las presiones de su entorno -sus agentes, su seleccionador y sus periodistas mexicanos con los que sí habla- no han hecho más que calentar la cabeza de Husillos, de Casado y de Gracia. Y ahora, ante la marcha de Ochoa a una nueva concentración con su selección, se espera una nueva ola de declaraciones en su favor que puede ensuciar aún más el ambiente entre los dos guardametas.
Para mediar en el conflicto, según ha podido saber Radio Marca Málaga, Vicente Casado y Mario Husillos se reunieron la pasada semana en un saloncito privado de un céntrico restaurante con el Memo Ochoa. Los tres, sin ningún intermediario más, sin nadie que interrumpiese para hacerse fotos. Estaban tan metidos en la conversación que apenas probaron bocado. Allí los dirigentes escucharon las explicaciones del mexicano y le pidieron mesura en sus intervenciones, que no enturbie más el buen rollo del vestuario.
Está más que claro que Ochoa no aguantará más su rol secundario en el Málaga y que hará todo lo posible por rescindir su contrato. Sus agentes lo intentaron en enero pero ningún equipo apostó por él, como ya le sucedió en verano cuando era libre y fue ofrecido a una veintena de clubes. Su condición de extra comunitario y los informes que manejan secretarios técnicos y entrenadores sobre su forma de ser no son, precisamente, buenas cartas de presentación en Europa. Pero mientras esté en Málaga, los directivos ya le han dicho cómo tiene que comportarse. Está por ver qué hará Ochoa.
